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  Por el libro
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16 de septiembre de 2008

Por: El Vocero

El precio del barril de crudo de Texas bajó ayer 5.4% y cerró a $95.71 en Nueva York, entre signos de que el huracán “Ike” ha causado menos daños de lo que se temía a las refinerías y otras instalaciones en el Golfo de México. Los contratos de gasolina para octubre finalizaron a un precio de $2.5614 el galón, una caída de 7.2%.

 Sin embargo, en Puerto Rico, durante el fin de semana los mayoristas subieron sus precios entre 1 y 6 centavos el litro. En el caso del mayorista Gulf, el alza fue de más de 45 centavos el litro, lo que sitúa el precio a nivel de consumidor en más de $1.35 por litro. Fuentes del sector explica que la compañía se quedó sin suministros y tuvo que comprar a un precio muy alto en el mercado internacional.

 Con los recientes aumentos el precio de la gasolina a nivel de consumidor debe fluctuar entre los 94 centavos de Esso y Texaco y $1 el litro el resto de las compañías, si exceptuamos el caso de Gulf. Las caída en el precio de petróleo y las más recientes en los contratos de futuro de la gasolina, deben empezar a reflejarse en el mercado local en los próximos días, explican los expertos.

 La crisis en el sector financiero ha acentuado la inquietud sobre el efecto perjudicial que puede tener para el conjunto de la economía en EE.UU. y en otros países, lo que podría repercutir en una menor demanda de crudo y combustibles.

 El fuerte retroceso en el precio del crudo y de los combustibles se produce a pesar de que la producción de petróleo y gas natural en el golfo está paralizada casi en su totalidad tras el paso de los huracanes “Gustav” y “Ike”.

 Los últimos datos difundidos por el Servicio de Gestión de Minerales (MMS), la agencia federal que supervisa la actividad de las compañías en esa región, reflejan que un 99.9% de la producción diaria habitual de crudo y un 93.8% en el caso del gas natural se halla aún paralizada.

 No obstante, la agencia informó de que las compañías que operan en el golfo han comenzado a trasladar personal a las plataformas de producción y a otras instalaciones marinas, con el fin de ir recuperando las actividades de producción.

 En cuanto a las refinerías que se ubican en Texas y Luisiana, los dos estados más afectados por el reciente paso de los ciclones, las primeras noticias que llegaban al mercado dejaban la impresión de que esas instalaciones han sufrido en general daños menos graves de lo que se temía.