27 de octubre de 2008
Por: Primera Hora
Su pensión es de $400 mensuales, su seguro social, de $350 y su factura del agua, de $506. Vive sola porque perdió una hija y tiene un hijo combatiendo en la guerra de Irak. La matemática no le cuadra a Ramonita Vega Rodríguez, pues no encuentra cómo pagar el servicio del agua. No es la primera vez que le cobran una cantidad parecida. La primera vez fue en junio de este año y no tardó un mes en radicar una querella en la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA).
“Ahora me dijeron que tengo que pagar lo que pagaba antes, que eran $20, hasta que me arreglen este problema. Mientras tanto, me han dicho que no pague esa cantidad (los $506)”, dijo.
Si esta historia les suena familiar, sepa que es el día a día de muchos ciudadanos molestos con el servicio que reciben de dependencias del Gobierno, como la AAA y la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE).
La casa del licenciado Juan Ríos Colón se desocupa a las ocho de la mañana y se vuelve a ocupar a las 6:00 de la tarde. Por la noche hay un solo acondicionador de aire prendido. Su recibo de luz más reciente oscilaba los $430.
Como Ríos Colón, son muchos los abonados que están cansados de querellarse y que sus reclamos no sean atendidos debidamente. En ocasiones, reciben una notificación que dice que la investigación ha revelado que la facturación es correcta, por lo que los clientes no tienen más remedio que pagar.
Ésta es la queja de clientes como la estudiante de enfermería Luz Rodríguez, quien vive en un residencial público junto con sus dos hijos pequeños. Su último recibo de energía eléctrica es de $527 y se ha querellado en varias ocasiones en la AEE y otras tres en la AAA. “Yo no creo que ellos estén haciendo su trabajo. Según ellos, hacen investigaciones y ellos son los que están bien”, sostuvo.
Actualmente, Rodríguez está abonando en su deuda y espera pagarla pronto para esperar la próxima factura y, de ser necesario, acudir al Procurador del Ciudadano.
Aunque la reconoce como una alternativa viable que podría atender mejor los problemas de sobre- facturación, el manejador de casos Jonatan Valentín no ha optado aún por presentar sus quejas al Ombudsman, aunque tampoco se ha quejado en la AEE. Para él, “el servicio es malo y lento, te topas con lo mismo de siempre y dan las mismas excusas”.
Aparte de la sobrefacturación que recibe en su lugar de residencia en un campo de Vega Baja, su principal molestia son las mismas investigaciones que la AEE dice que realiza y de las que, según él, no se ven resultados. “No hemos hecho nada, porque quejarse es hacer lo mismo de siempre: te quejas, supuestamente investigan, supuestamente hacen los trámites, pero a la hora de la verdad vuelven y estiman la factura y ni siquiera leen el contador”, dijo.