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  Por el libro
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5 de noviembre de 2008

Por: El Vocero

La Ley de Zona Unica de gasolina, que impide a los distribuidores de gasolina establecer precios distintos en estaciones de una misma marca, se ha convertido en un reto para aquellos mayoristas que han inventado diversas maneras para violar la misma, sin que nadie haya podido intervenir para detener la práctica.

 José Argüelles, un detallistas de gasolina, aseguró a EL VOCERO, que existe un grupo de mayoristas que, en complicidad con algunos detallistas, se han dado a la tarea de idearse diversas formas para violar la ley en detrimento de otros que ya se han visto obligados a cerrar sus puertas o acogerse a la quiebra.

 Entre las prácticas más comunes figura la establecida por CAPECO, que representa a las gasolineras Gulf en la Isla. Según el entrevistado, esta empresa otorga a algunos detallistas, la mayoría de ellos dueños del inmueble, contrato bajo fórmula, el cual utiliza el precio de referencia. A ese número se le añade el diferencial, más el arbitrio de 23.4¢, lo que fija el precio final, que resulta inferior al precio de venta de otros detallistas de la misma marca. Esta práctica representaba entre 10¢ a 12¢ más barato.

 Sin embargo, ante la demanda radicada en su contra, el pasado viernes, la empresa optó por cambiar dicho contrato a los detallistas, quienes hasta entonces podían vender el litro de gasolina regular, en ocasiones, hasta 5¢ por debajo de las demás estaciones.

 Otra de las estrategias, según alega Argüelles -la más común de Texaco-, consiste en pagarle la renta al detallista a cambio de que les vendan entre 100 a 200 galones de gasolina, lo que muchos detallistas pueden aceptar por contar con una localización privilegiada y varias estaciones de gran tamaño.

 Para estaciones más pequeñas, la oferta es inaceptable porque no la pueden cumplir. Esta práctica le permite a estos detallistas vender la gasolina con bajos márgenes de ganancia, ya que no tienen la responsabilidad económica de la renta.

 Asimismo, Argüelles sostuvo que otros mayoristas otorgan unos estipendios por galón a cambio de que vendan al costo o con márgenes de ganancia muy pequeños.

 En el caso de Total, el empresario aseguró que existe la práctica de colocar en algunas estaciones a un gerente que se hace pasar como detallista, pero la estación es propiedad del mayorista. Agregó que los empleados de estas estaciones responden a las agencias de trabajo como  Manpower, de manera que los salarios no aparezcan en la nómina de la empresa.

 Entre ellas, mencionó gasolineras como la de Campo Rico y la del Cruce de la Mula. “La ley es clara, no se puede ser mayorista y manejar una estación a la misma vez”.

 Alegó, además, que el mayorista independiente Best Petroleum está realizando la misma acción, con la diferencia de que pone frente a las estaciones a familiares. “La evidencia se ve en el precio de la gasolina. Como son ellos los que la traen, pueden ofrecerla a un precio muy por debajo del precio al que le vende a sus clientes, compitiendo posteriormente con ellos de manera desleal”.

 En torno a Total, quien desde el pasado sábado ha ido cambiando los letreros de Esso a Total, también figura otro caso en su contra que se encuentra en los tribunales. Según los antiguos detallistas de Esso, la empresa le exige el 60% de la plusvalía, producto de la venta.

 “Si un detallista opta por vender, y el mismo compró su estación en $300,000 y ahora la venderá a $500,000, a Total le correspondería el 60% de los $200,000 de la ganancia producto de la venta, lo que para los detallistas el inaceptable.”

 Al cierre de esta edición no fue posible obtener reacciones de los mayoristas.