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NUEVA YORK (Reuters Health) - Una encuesta a unos 13.000 alumnos de Estados Unidos reveló que los que ven mucha televisión son menos propensos a comer frutas y verduras y son más proclives a optar a diario por los snacks, las golosinas o las gaseosas.

Esa asociación se mantuvo aún tras considerar su actividad física y con qué frecuencia comían frente al televisor. Los autores no pudieron determinar qué hábito precede al otro porque se concentraron en la conducta de los niños y los adolescentes en un solo punto en el tiempo al realizar este estudio transversal.

La relación entre la exposición a la televisión y la alimentación se suma a investigaciones del pasado, que han mostrado que cuando los niños reducen su tiempo frente al aparato, tienden a comer menos y a bajar de peso, dijeron investigadores.

"Ciertamente es consistente con la idea de que mirar TV estaría afectando adversamente la dieta y las elecciones alimentarias", dijo Leah Lipsky, coautora con Ronald Iannotti del nuevo estudio del Eunice Kennedy Shriver National Institute of Child Health and Human Development.

"Estos estudios sugieren que la publicidad de alimentos tendría un efecto inconsciente y que nos induciría a querer comer más", explicó Jennifer Harris, del Rudd Center for Food Policy & Obesity de la Universidad de Yale en New Haven.

Los participantes del estudio, una muestra representativa nacional de 12.642 alumnos de escuelas privadas y públicas, veían unas dos horas y media de televisión por día. Por cada hora extra de exposición en el día, los alumnos de entre quinto y décimo grado eran un 5 por ciento menos propensos a comer verduras todos los días y un 8 por ciento menos propensos a ingerir las frutas diarias.

Cada hora extra de televisión también se traducía en que era un 18 por ciento más probable que los niños dijeran que comieron golosinas cada día, un 24 por ciento más probable de que bebieran gaseosas al menos diariamente y un 14 por ciento más probable de que fueran a restaurantes de comida rápida una vez a la semana o más.

En Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine, Lipsky e Iannotti explican que el tiempo dedicado a comer snacks frente al televisor explicó sólo parcialmente el consumo extra de golosinas y gaseosas.

Eso, para Iannotti, quiere decir que es importante que los padres reduzcan la exposición de sus hijos a la televisión, y, por lo tanto, a las publicidades de alimentos, pero también que los niños dispongan de snacks saludables en el hogar mientras ven televisión o usan el computador.

Eso incluye ofrecerles manzanas o una naranja en trozos y mantener lejos las golosinas u otros snacks no tan saludables. Harris, que no participó del estudio, coincidió: "Si no se puede apagar la TV, que por lo menos los niños no tengan snacks (no saludables) al alcance de la mano".