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Por el libro |
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18 de enero de 2012
WSJ.com
En ninguna otra recuperación estadounidense desde la Segunda Guerra Mundial las empresas han sido tan rápidas en impulsar el gasto en maquinaria y software y, al mismo tiempo, más lentas a la hora de contratar empleados. Parte de esto tiene que ver con la vieja historia de sustituir capital por mano de obra. Pero una combinación de exenciones tributarias temporales que en 2011 permitieron a las empresas en Estados Unidos reducir el valor contable de la totalidad de sus inversiones en el primer año y tasas de interés históricamente bajas a corto y largo plazo ha acelerado el proceso. Sunny Delight está invirtiendo US$70 millones para actualizar los equipos en cinco plantas en EE.UU. La contratación, en tanto, es demasiado lenta como para reducir rápidamente la tasa de desempleo. Las empresas han incorporado trabajadores a una tasa mensual de 142.000 durante los últimos seis meses, la mitad del ritmo necesario para reducir de manera significativa la desocupación, que en la actualidad se ubica en 8,5%. Billy Cyr, presidente ejecutivo de Sunny Delight Beverage Co., una firma de bebidas de Cincinnati, Ohio, cuenta que está comprando nueva maquinaria en parte gracias a los precios de liquidación. "Cuando el costo del capital aumenta, es difícil justificar la compra de equipos y, en cambio, puede dar lugar a un mayor empleo a partir del uso de la maquinaria existente", opina, por ejemplo añadiendo turnos u horas extras. Hoy, ocurre lo contrario. En lugar de contratar, empresas como Sunny Delight y el fabricante de motosierras Stihl Holding AG están invirtiendo en tecnología para realizar sus operaciones de manera más productiva. La historia sugiere que la inversión que aumenta la productividad a la larga crea puestos de trabajo y eleva los niveles de vida. La mecanización agrícola y la automatización de las fábricas desataron temores de desempleo permanente, pero la eficiencia en la producción de las materias primas creó puestos de trabajo en todo tipo de servicios. La mayoría de los economistas dice que el aumento actual de la productividad surtirá el mismo efecto benéfico a largo plazo. En el corto plazo, sin embargo, la mayor eficiencia permite a las empresas demorar la contratación. Y eso es lo que ha estado sucediendo en las últimas recuperaciones de la economía estadounidense. El gasto en equipo y la incorporación de empleados están, en general, sincronizados. Desde que EE.UU. comenzó a crecer de nuevo, en 2009, el gasto real en equipo y software se ha incrementado en 31%. En el período de posguerra, sólo después de las recesiones de 1970 y 1982 ese tipo de gasto experimentó una expansión más rápida. El empleo en el sector privado aumentó apenas 1,4% durante el mismo lapso. Sólo el repunte posterior a las recesiones de 1980 y 2001 mostró un crecimiento más lento del empleo. Erik Brynjolfsson, economista del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), afirma que las empresas comenzaron a priorizar la inversión en tecnología que ahorra mano de obra en la primera mitad de la década pasada. El punto de inflexión, señala, se produjo durante la recesión, cuando se dieron cuenta de que podían hacer mucho más de lo que esperaban con menos gente. Las compañías han reaccionado al retroceso de la demanda invirtiendo en maquinaria que automatiza funciones. "Es como si la economía tuviera un potencial reprimido de ahorro de mano de obra que no había manifestado hasta la recesión", sostiene Brynjolfsson, autor de un nuevo libro sobre la automatización. Por supuesto, el aumento del gasto en capital no es el único impedimento para la creación de empleos. Algunos empleadores dicen que contratarían más si no hubiera tanta incertidumbre. Otros se quejan de que no pueden encontrar trabajadores calificados para cubrir sus vacantes. El gobierno estadounidense dice que la situación del empleo sería peor si no fuera por el salto en la inversión empresarial. Jason Furman, director adjunto del Consejo Nacional Económico de la Casa Blanca, señala que el gasto en equipamiento y software ha creado puestos de trabajo en las empresas en expansión, así como en las que fabrican e instalan los equipos. La contratación, sin embargo, es impulsada principalmente por el crecimiento de la demanda y ese es el aspecto más problemático.
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