13 de enero de 2012
El Nuevo Dia
Las aerolíneas estadounidenses Delta y US Airways estudian por separado la posibilidad de adquirir a su competidora American Airlines, que se declaró en suspensión de pagos en noviembre pasado, publica hoy The Wall Street Journal, que añade que la firma de inversión TPG Capital también analiza esa compra. Según fuentes cercanas a las compañías citadas por ese diario, Delta ha contratado al grupo Blackstone para que sea su consultor financiero mientras sopesa una potencial oferta de compra por AMR, la matriz de American Airlines. Por su parte, el grupo US Airways también ha solicitado a sus asesores ayuda para estudiar una posible oferta por AMR, según otras fuentes citadas por el diario financiero. Tras su fusión con Northwest Airlines en 2008, Delta se convirtió en la mayor aerolínea del mundo -un puesto que le arrebató dos años más tarde United Continental-, por lo que la adquisición de American Airlines podría encontrarse con la oposición de las autoridades. Por ello, según las fuentes citadas por ese rotativo, Delta llevó a cabo un análisis de las normas antimonopolio y concluyó que, a cambio de algunas concesiones, la compra de la tercera mayor aerolínea de EE.UU. tendría "buenas oportunidades" de recibir la aprobación de las autoridades reguladoras estadounidenses. El rotativo reproduce además una carta enviada en diciembre pasado por el consejero delegado de AMR, Tom Horton, a sus empleados, en la que aseguraba que "puede haber oportunidades para quien quiera adquirir la compañía". Por otra parte, The Wall Street Jounal asegura que la firma de inversión TPG Capital, con experiencia en la industria del transporte aéreo, también está estudiando una posible oferta por American Airlines e incluso ya le ha expresado a los responsables de la aerolínea su interés por ella. De cualquier modo, el diario afirma que no es seguro que se llegue a un acuerdo de este tipo y que "no es inusual" que compradores potenciales se acerquen a compañías que atraviesan procesos de reestructuración. American Airlines, que fuera la mayor aerolínea de Estados Unidos y relegada ahora al tercer puesto del sector mientras se fortalecen sus competidoras, recurrió el pasado 29 de noviembre a la suspensión de pagos para reestructurar su abultada deuda, reducir sus costes y tratar de volver a ser competitiva. AMR, la matriz de American Airlines, era una de las pocas grandes aerolíneas de Estados Unidos que no había recurrido todavía al Capítulo 11 de la Ley de Bancarrotas, como sí lo hicieron hace años sus rivales Delta, United Airlines (ahora United Continental) o US Airways. El aumento de los costes laborales, el fracaso de las negociaciones con sus pilotos en los últimos meses y el encarecimiento del combustible han hecho inasumible, sin embargo, la abultada deuda de American Airlines, de $29,550 millones de dólares, mientras sus activos se reducen a los $24,720 millones de dólares.
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