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  Por el libro
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9 de noviembre de 2011

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La Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos se metió el martes en un debate sobre la privacidad y el uso de tecnología del siglo XXI, para definir si la policía puede incorporar sin orden judicial un GPS a un vehículo para seguir a un sospechoso.

El Gobierno estadounidense pidió a la máxima instancia judicial del país que ratificara la orden de detención al propietario de un club nocturno de Washington, Antoine Jones, acusado de narcotráfico, que había sido levantada por un tribunal de apelaciones, que consideró el procedimiento "repulsivo" y "antiestadounidense".

Lo que está en discusión es si al conectar un GPS (Global Positioning System, o sistema satelital de posicionamiento) para seguir a un sospechoso sin orden judicial, la policía viola las garantías constitucionales de una persona contra un registro o detención arbitraria.

El caso concita el interés de grupos defensores de los derechos civiles, ante temores de que las nuevas tecnologías sean usadas para burlar derechos constitucionales sobre privacidad, entre otros.

Ante argumentos de que la tecnología permite a la policía ser más eficiente, el juez Stephen Breyer afirmó que de ganar este caso, nada impediría a la policía "monitorear los movimientos de cualquier ciudadano de Estados Unidos durante las 24 horas del día".

"Si se gana, se genera algo que suena como '1984'", dijo en referencia a la célebre novela de George Orwell que dio origen al 'Gran hermano'.

Un dispositivo GPS en un vehículo que transita por Berlín el 8 de octubre de 2010. La Corte Suprema de Justicia de Estados Unidos se internó el martes en un debate sobre la privacidad y el uso de tecnología del siglo XXI, para definir si la policía puede incorporar sin orden judicial un GPS a un vehículo para seguir a un sospechoso.