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  Por el libro
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DECENAS DE estudiantes durante una ceremonia de graducación a principios de junio.  / Foto por: C.W. GRIFFIN / The Miami Herald

El Nuevo Herald

En la Universidad Internacional de Florida -donde, al igual que en otras instituciones estatales, los costos de la matrícula han aumentado a más del doble que hace una década-, Stephani Galindo, estudiante de último año, se siente frustrada. Incluso con las becas y la ayuda de las becas federales Pell Grant, basadas en la necesidad, Galindo ha tenido que pedir prestados unos $20,000 para financiar sus estudios.

Y el 1ro. de julio, a menos que el Congreso actúe, el costo de los préstamos está a punto de subir, y mucho. La tasa de interés de los préstamos Stafford subsidiados por el gobierno federal, en la actualidad de 3.4 por ciento, se duplicará hasta el 6.8 por ciento.

“Ya tengo muchos préstamos, porque mis padres no ahorraron dinero para que yo fuera a la universidad”, dijo Galindo, 20. “Soy inteligente, y además tengo algunas becas, pero no es suficiente, ni mucho menos”.

El posible aumento de la tarifa está motivado por la expiración de un período temporal de tasas más bajas creado por la Ley del 2007 sobre Reducción de los Costos y el Acceso a las Universidades, que el Congreso aprobó con amplio apoyo bipartidista. La ley redujo gradualmente las tasas de 6.8 por ciento al actual 3.4 por ciento, pero con la salvedad de que las tasas volverán al 6.8 por ciento este año.

El potencial aumento de la tasa llega cuando los estudiantes y las familias están encontrando que la universidad es cada vez más incosteable, y mientras los golpes financieros llegan desde todas partes: las becas federales Pell Grant ya no pueden utilizarse para las clases de verano, los programas estatales de ayuda financiera, como las becas Bright Futures de la Florida, han sido reducidos, y los aumentos de dos dígitos en la matrícula se han convertido en la norma.

Pero no todos los estudiantes se verían afectados por el aumento de las tarifas. Los Préstamos Stafford con subsidio se otorgan sólo a estudiantes de ingresos bajos a moderados, mientras que los préstamos no subsidiados (que cualquier persona es elegible para recibir) ya se han fijado en 6.8 por ciento, por lo que no se verían afectados por la fecha límite del 1ro. de julio .

Ninguna persona que haya tomado un préstamo antes del 1ro de julio —lo mismo si todavía está estudiando que si ya se ha graduado— tampoco se vería afectada, ya que las tasas de préstamos para estudiantes se fijan en el momento en que se pide el préstamo.

Pero el asunto se ha convertido en una papa caliente en los círculos políticos.

Ambos partidos en el Congreso, conscientes de las dificultades económicas y del año electoral que corre, han expresado su apoyo a la ampliación de la actual tasa de interés más baja para los préstamos subvencionados. Pero como es típico en el conflictivo ambiente político actual, ambas partes no han podido ponerse de acuerdo sobre cómo pagar el precio de $5,900 millones.

El aumento de la tasa afectaría a más de 7 millones de estudiantes de Estados Unidos, y la Casa Blanca estima que las tasas de interés más elevadas agregarían otros $1,000 a la deuda promedio de los graduados.

El presidente Barack Obama, que terminó de pagar sus préstamos estudiantiles hace sólo ocho años, ha dicho que mantener en vigor la tasa de interés más baja es una “obviedad”.

Hablando en una escuela secundaria de Virginia el mes pasado, Obama dijo: “Ustedes no deberían tener que pagar un extra de $1.000 solamente porque el Congreso no puede ponerse de acuerdo ... Esto es algo que tenemos que llevar a cabo”.

Los demócratas quieren aumentar los impuestos sobre la nómina de algunas empresas privadas. Los republicanos respondieron con varias propuestas de recortar los gastos, incluyendo la reducción de un fondo destinado a promover la prevención de enfermedades y la salud pública. La Cámara de Representantes, con votos en su mayoría republicanos, aprobó el plan en abril, pero sin esperanzas de que avance en el Senado, dominado por los demócratas.

Ambas partes creen en privado que la disputa será resuelta en este mes. El líder de la mayoría del Senado, Harry Reid, demócrata por Nevada, ofreció recientemente un plan que recauda dinero con algunos cambios en la política de pensiones, y los republicanos no descartaron la idea al instante.

Al mismo tiempo, las dos partes siguen recriminándose mutuamente, a sabiendas de que hay mucho en juego para quien surja como el campeón de los estudiantes universitarios, ya que el voto de la población entre 18 y 29 años de edad, se considera crucial, y cambiante. En ese grupo de edad, Obama mantiene una ventaja de 56 a 34 por ciento hasta el momento sobre el ex gobernador de Massachusetts, Mitt Romney, el presunto candidato presidencial republicano, según las encuestas de Gallup realizada entre el 14 mayo y el 3 junio. Esto está muy por debajo de la aprobación de Obama entre los adultos jóvenes en el 2008.

No está claro cuánto de ese apoyo puede lograr Romney, en todo caso. Los jóvenes tienden a decidir cómo van a votar en los últimos momentos del año electoral, dijo Kei Kawashima-Ginsberg, investigadora principal de CIRCLE, un grupo con sede en Massachusetts que estudia la votación entre la juventud. “Es una cuestión de conciencia. Los jóvenes tienen otras cosas en su mente, y son menos propensos a hablar de política con sus pares que las personas mayores”, dijo. “También tienden a pensar más a corto plazo que las personas mayores”.


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