29 de enero de 2020
El Diario NY
FICO, la empresa de análisis que diseña cómo se calcula el riesgo crediticio de los consumidores, ha actualizado su fórmula y a partir del verano — cuando entra en vigor– los tres dígitos de la calificación crediticia cambiarán para millones de personas aunque no se espera que sea de forma drástica.
El cambio es algo a tener en cuenta porque la calificación del riesgo personal es una herramienta básica usada por las entidades de crédito a la hora de juzgar si conceden o no un préstamo, por qué cantidad y a qué tasa de interés. Además, es algo que consultan los caseros antes de aceptar a unos inquilinos o no. Es como una llave que abre más o menos puertas y que conviene saber usar.
Los elementos principales con los que se califica el crédito son los mismos por lo que es fundamental cuidar que se pague a tiempo lo que se debe y mantener bajo el uso de la línea de crédito.
El cambio fundamental es que FICO incorpora tendencias en su nuevo cálculo. En vez de centrarse en la situación de los balances de una cierta fecha, un momento del mes, para calcular el riesgo de cada consumidor y asignarle un valor como hasta ahora, la última fórmula tendrá en cuenta qué deuda se tiene y cómo se paga por cada consumidor durante al menos dos años.
Tradicionalmente se ha aconsejado reparar el crédito pagando los balances de las tarjetas un par de meses antes de solicitar un crédito. Con el nuevo FICO, esta estrategia no va a funcionar igual puesto que hay que construir tendencia no una foto fija.
Cuando no se está al día de los pagos o se usa un porcentaje demasiado elevado de la línea de crédito total que se tiene durante meses, la penalización será mayor.
También se tendrá en cuenta el hecho de que se tengan préstamos personales, que se han multiplicado en los últimos años, y deuda en las tarjetas de crédito ya que se espera que buena parte de estos créditos se soliciten para consolidar balances en tarjetas. Si se hace esto pero aún se acumulan deudas mes a mes y se arrastran cantidades en las tarjetas, FICO le prestará atención.
FICO quiere proveer a las entidades de crédito con esta actualización (que no es la primera) una herramienta más precisa para reducir los riesgos que toman al prestar a cada consumidor. En el comunicado en el que hicieron público el cambio se explica que permitirá reducir los impagos en tarjetas de crédito nuevas (en un 10%) en préstamos para autos (9%) y en hipotecas nuevas (17%).
“Aunque los riesgo de recesión se han disipado en meses recientes, los emisores de tarjetas están preocupados por que la expansión económica no pueda durar siempre y no quieren que llegue cuando han asumido muchas obligaciones crediticias. Estamos viendo algunas resistencias en aprobaciones de tarjetas y límites de créditos y menos bonus generosos”, advierte el analista de Creditcards.com Ted Rossman.
Es difícil decir porque todo depende de lo rápido que se adapten los cambios y estos no suelen hacerse inmediatamente. Rossman recuerda que la fórmula más usada aún es el FICO 8 que fue la actualización de 2009. Con todo, cree que cuando se incorporen las nuevas mediciones se suavizarán los picos y los valles que se tengan en crédito y un gasto temporal no penalizará mucho la puntuación crediticia si se mantiene la utilización de la línea de crédito baja.
-
¿Cómo se mejora la calificación?
“Con buenos hábitos como pagar sus facturas a tiempo y manteniendo bajas sus deudas”. Ese es el consejo de Ted Rossman, que es el mismo que para los otros modelos porque la realidad es que no usar más del 30% de la línea de crédito y pagar en plazo (al menos el mínimo que se debe en las tarjetas) sigue siendo la esencia de una buena gestión de riesgo. Ahora bien, al tener en cuenta la tendencia es conveniente mantener mucho mejor ese hábito y en un contexto en el que la estabilidad financiera es un objetivo pero no siempre una realidad. Presupuestar de forma realista y ser fiel a esas cuentas es lo que mejor estabilizará su calificación.