7 de mayo de 2020
La Opinion
Durante esta cuarentena, cada vez son más las personas que van a comprar todos sus víveres a este tipo de tiendas, en donde puedes llevarte una gran cantidad de producto a precios muy bajos.
Sin embargo, al ir aquí, podrías cometer algunos errores que te costarían más dinero. Por eso, a continuación, te compartimos cuatro de ellos.
1–No compres la membresía equivocada
Algunos grandes almacenes ofrecen membresías mejoradas que tienen un mayor costo porque vienen con beneficios adicionales. Esto podría tentarte a comprarla, pero deberías considerar si estos beneficios realmente te convienen, según se informó en The Motley Fool.
Por ejemplo, si no compras en este tipo de tiendas con mucha frecuencia, es posible que no aproveches el reembolso en efectivo adicional que te hacen este tipo de membresías en tus compras, lo que sólo te haría gastar más dinero por el alto precio de la membresía.
2–Compara antes de comprar aquí
Las cadenas de almacenes son bien conocidas por sus buenas ofertas, pero esto no significa que siempre tengan los mejores precios. Por eso, si vas a comprar artículos caros, lo mejor es que compares precios con otras tiendas tradicionales, ya que podrías encontrar mejores promociones en línea.
3–Toma en cuenta los alimentos que ya tienes
Es muy probable que sólo tengas un espacio limitado para almacenar tu comida. Por eso, aunque podrías comprar a un precio bajo un gran bote de requesón o un suministro para tres meses en bolsas de bagels, no tiene sentido que te los lleves si no cuentas con el lugar para guardar estos artículos.
Por eso, siempre revisa el espacio disponible en tu refrigerador o alacena para comprar sólo aquello que puedas guardar apropiadamente.
4–No compres artículos al mayoreo que no has adquirido antes
Una característica de los clubes de almacenes es que ofrecen buenas ofertas en productos a granel, pero cuando el producto en cuestión es algo que nunca has usado antes, es probable que no desees tener su versión de gran tamaño en casa.
Y es que podrías comprar un cereal nuevo y después descubrir que al resto de la familia no le gusta. Lo mismo podría pasar si compras una enorme botella de algún limpiador doméstico cuyo aroma no puedes soportar mucho tiempo.