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  Por el libro
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Un nuevo servicio implantado en varios aeropuertos norteamericanos permite

6 de marzo de 2012

El Nuevo Día

Washington- Veinte aeropuertos de Estados Unidos estrenaron el mes pasado un servicio de entrada automático que permite a los viajeros evitar el control de inmigración y aduanas en los accesos al país. El requisito fundamental para utilizar este programa es someterse previamente a una revisión exhaustiva de los antecedentes personales y superar una entrevista personal. “Estamos hablando de viajeros de confianza y de bajo riesgo”, explica una portavoz de seguridad del aeropuerto Internacional de Dulles en Washington.

El sistema, denominado Global Entry, puede reducir el proceso de entrada en el país hasta cinco minutos por persona. El viajero, al llegar a su destino, puede dirigirse directamente a un puesto automático de Global Entry para identificarse con sus huellas dactilares y pasaporte. Tras el registro de datos, el pasajero recibe un resguardo con el que pasa directamente a recoger su equipaje y de ahí a la salida. "Es un gran avance que ha mejorado considerablemente el tránsito de pasajeros", asegura la portavoz.

Global Entry es un servicio que pueden usar los residentes de Estados Unidos y todo aquel que lo solicite y pase unas pruebas. Según datos proporcionados por el aeropuerto de Dulles, un millón de viajeros en todo el mundo ya están afiliados.

El servicio comenzó como programa piloto en el año 2008. Pero no fue hasta el mes pasado cuando 20 ciudades norteamericanas, entre ellas Los Ángeles, Nueva York y Washington, instalaron completamente Global Entry en sus aeropuertos. “En las próximas semanas se sumarán cuatro más”, especifica la portavoz. Los viajeros provenientes de Holanda, México y los propios estadounidenses ya pueden usar este servicio. “Convenios futuros con otros países solo podrán llevarse a cabo si poseen instalaciones similares en sus aeropuertos, como ocurre en Holanda”, continúa.

Los viajeros que quieran ser aceptados en el programa deben aceptar una revisión exhaustiva de sus antecedentes. El primer paso para afiliarse a este programa es abonar $100. Las autoridades americanas no devolverán este dinero aunque el solicitante sea rechazado. Si se acepta la solicitud, el equipo de seguridad contacta con el viajero para concertar una entrevista personal, en la que el aspirante debe responder a un cuestionario de preguntas personales, hacerse una foto y someterse a varias pruebas biométricas, entre ellas un escáner de las huellas dactilares. “El candidato debe acudir con un pasaporte en regla y algún otro documento como el carné de conducir o la tarjeta de residencia de Estados Unidos”, sostiene la portavoz. Una vez obtenido el permiso, los participantes se convierten en “viajeros de confianza” durante un periodo de cinco años.

Todos aquellos que proporcionen información falsa o incompleta en la solicitud, hayan sido condenados por un delito o hayan violado algún reglamento aduanero -de inmigración o agricultura (entrada ilegal de alimentos)- en cualquier país del mundo quedan fuera del servicio.

El objetivo fundamental de Global Entry es acelerar el paso de los viajeros a través del proceso de entrada normal a EE. UU. Aún así, si un miembro “por cualquier razón” viola los términos del programa o sus condiciones, se expondrá a un examen exhaustivo. “Esta situación le puede llevar a la revocación de sus privilegios y por tanto a su expulsión de Global Entry”, concluye la portavoz.