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  Por el libro
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El Economista.es

El porcentaje de jóvenes españoles entre 15 y 29 años que ni estudia ni trabaja, conocidos como ni-nis, alcanza el 23,7%, casi ocho puntos por encima de la media de la OCDE (15,8%).

Esta es una de las principales conclusiones del Informe Panorama de la Educación 2012 de la OCDE, con datos de 2010, que sitúa a España en el quinto puesto de los 33 países del estudio, por delante de Grecia y Portugal. Japón, por el contrario, es el país con los nivel más bajo de jóvenes que ni estudian ni trabajan, por debajo del 10%.

Entre 2008 y 2010, España presentó el tercer mayor aumento (siete puntos) después de Irlanda y Estonia, comparado con los 2,1 puntos de incremento que ha experimentado la media de la OCDE.

La secretaria de Estado de Educación, Montserrat Gomendio, ha explicado los resultados, en una rueda de prensa, junto al estadista de la División de Innovación y Medidas de Progreso Educativo de la OCDE, Pedro García de León.

Ambos han destacado la importancia del nivel educativo en relación con los niveles de desempleo, ya que en todos los países de la OCDE, las personas con estudios terciarios -universitarios o de FP de grado superior- presentan mayores posibilidades de estar empleadas que aquéllas que no cuentan con este nivel formativo.

En concreto, en España, la tasa de paro es mayor entre las personas que sólo han alcanzado la ESO o no han llegado a ese nivel (24,7% en 2010) frente a la de universitarios y graduados en FP superior, que es menos de la mitad (10,4% en 2010). Además, en todos los países, incluido España, cuanto más se estudia, mayores son los ingresos por trabajo.

Gasto público vs. rendimiento

Otro de los asuntos a destacar del informe es el gasto público por alumno en España, que alcanza los 10.094 dólares al año (casi 8.000 euros), un 21% más que la media de la OCDE. El gasto total -público y privado- en instituciones educativas baja a los 9.800 dólares (unos 7.600 euros) un 6% superior a la media de la OCDE y un 7% superior a la de la UE.

Sin embargo, a pesar de que la financiación es superior en España, ésta no se ha traducido en términos de calidad del sistema educativo, si se tiene en cuenta el último informe PISA 2009, en el que España se sitúa en el puesto 26 de la OCDE.

Aunque estos datos sobre financiación pertenecen a 2010 y los recortes todavía no se habían aplicado, la secretaria de Estado de Educación, Formación Profesional y Universidades se ha mostrado convencida de que, pese a los "ajustes" presupuestarios, posiblemente España mantenga una inversión pública superior a la media de la OCDE en la actualidad.

Autonomía de los centros y evaluaciones externas

Entre los factores asociados al rendimiento de los alumnos se encuentra la autonomía de los centros o la capacidad de estos para la toma de decisiones. En cuanto a la gestión de los recursos, España está 15 puntos por debajo de la media de la OCDE, una diferencia que aumenta si se trata de la gestión de personal (27 puntos menos) o la planificación y estructuras (24 puntos menos).

Otro de los factores relacionados con el rendimiento son las pruebas externas y estandarizadas. De los 31 países de la OCDE que disponen de información sobre este aspecto, existe una amplia mayoría (24) en los que sí se realizan estas pruebas externas en algunas de las etapas educativas de primaria y Secundaria.

La secretaria de Estado ha indicado que con la implantación en España de estas evaluaciones al final de cada etapa, España mejoraría 16 puntos en PISA, situándose al nivel de Alemania, Francia o Reino Unido, es decir, pasaría de los 481 puntos del último informe a los 497, "abandonando así los puestos rezagados".