22 de septiembre de 2020
Primera Hora
El 18% de los brotes de COVID-19 identificados por el Sistema Municipal de Investigación de Casos y Rastreo de Contactos (SMICRC) alrededor de la isla fueron infecciones originadas en centros laborales; la mayoría en agencias gubernamentales.
Así lo explicó a Primera Hora la epidemióloga Fabiola Cruz, quien lidera el proyecto que presentó su segundo informe hoy con hallazgos que corresponden a investigaciones realizadas en 77 de los 78 municipios en el periodo del 22 de agosto al 11 de septiembre.
En esa fecha de tres semanas el SMICRC registró 138 brotes de coronavirus que involucran a cerca de 1,105 personas. Se especificó que 46 municipios reportaron al menos un brote. Un brote es descrito por los científicos cuando se vinculan más de tres contagios a un mismo núcleo.
El informe determinó que el 67% de los brotes se desarrollaron en eventos familiares, una tendencia alta y parecida a los resultados del primer informe, el cual se circunscribía a las primeras tres semanas de agosto.
Mientras, el 18% de las epidemias ocurren en ambientes laborales, particularmente en agencias de gobierno, explicó la epidemióloga.
“En el informe pasado veíamos contagios en fábricas de textiles y otros centros de trabajo del sector privado. Ahora estamos vimos muchos en tres campos: agencias gubernamentales (9 brotes), en cuarteles de la policía (5 brotes) y en municipios”, detalló Cruz.
También se reflejó un aumento de infecciones en centros de servicios de salud, tales como hogares de cuido de ancianos, centros de rehabilitación y clínicas, entre otros. En este sector hubo 17 brotes en términos generales.
En restaurantes y cadenas de distribución de alimentos hubo cuatro brotes.
“Podría decirte que uno de los errores en los centros de trabajo es que cuando están a distancia se quitan la mascarilla porque piensan que porque están a más de seis pies están a salvo. Y no es así. Estos lugares, en muchas ocasiones, son cerrados con aires acondicionados donde las partículas virales circulan. Así que la recomendación que hacemos es no bajar la guardia y permanecer todo el tiempo con la mascarilla”, sostuvo.
Agregó que otro mal hábito es utilizar la misma mascarilla durante un tiempo prolongado, sobretodo cuando se trabaja en lugares húmedos o que generan sudor en la persona.
“La mascarilla al mojarse con sudor pierde efectividad, así que recomendamos cambiarla cada tres a cuatro horas. Los brotes por esta razón ocurren mucho en las fábricas o ambientes que se prestan para que haya calor”, indicó al reiterar que hay que los patronos y empleados deben ser rigurosos en hacer cumplir las medidas de salud y en los centros de trabajo.
Asimismo se identificó que el 7% de los brotes tuvieron escenarios mixtos; mientras que el 5% puideron tener su origen en un ambiente comunitario.
“En los brotes comunitarios identificamos cuatro que surgieron en iglesias… una sugerencia en estos lugares como medida de prevención pudiera ser realizar las ceremonias al aire libre y mantener distanciamiento entre núcleos de familias del mismo hogar”, aconsejó la científica.
Mientras un 3% del total de las infecciones grupales se clasificaron en viajeros, lo que incluye a turistas o familiares que llegan a la isal a visitar parientes.
La región que más brotes reportó fue la metro con un total de 35, seguido por la zona de Bayamón con 25 y el área de Caguas con 23. La zona de Arecibo registró 19, la de Ponce 16, la de Mayagüez 12, la de Fajardo 7 y transregional 1.
De otra parte, Cruz destacó que de los 8,079 casos confirmados en Puerto Rico para el periodo establecido, 5,961 fueron detectados en municipios del SMICRC lo que es equivalente al 74%. De estos casos confirmados en el proyecto se realizaron 4,564 entrevistas (77%).
De estas entrevistas fue que se detectaron los 138 brotes. En cambio, señaló que estas infecciones grupales son solo entre el 18% y el 20% del total de casos investigados.
“Esto demuestra que estamos en un marco de transmisión comunitaria y no de brotes aislados. Por lo tanto, en el 80% de los casos no podemos encontrar una asociación específica que nos dirija al lugar dónde se originó la infección. Por eso es importante a nivel de salud pública identificar los lugares de alto riesgo y limitar esos espacios no asociados a brotes. Ya sabemos que la literatura científica nos advierte que hay alto riesgo en lugares cerrados y de ventilación cerrada”, acotó la epidemióloga a mencionar los gimnasios, casinos y restaurantes cerrados como unos de “más exposición”.
Explicó que el subreporte de los datos analizados llevan a concluir que el virus está activo en la isla y el ambiente actual es de sumo riesgo.
Los últimos datos del Departamento de Salud indican que a la fecha se han confirmado 20,311 casos de COVID en la isla, mientras que 22,165 son clasificados como probables. Mientras, 609 personas han fallecido a causa de la enfermedad provocada por el SARS-CoV-2. De estas cifras, 205 ocurrieron en agosto y 141 se han registrado en lo que va de septiembre.
“El marco en el que estamos es muy complejo. Sino hacemos algo, ya, será lamentable. Mucha gente me pregunta cómo creo que vamos a estar en Navidad. Para llegar a eso tenemos que actuar ahora. Entiendo que se bajó la guardia en distintos escenarios y eso es preocupante. Además, no podemos adaptarnos a las muertes. Un ser humano que muera es suficiente. Tenemos que tomar medidas más restrictivas para controlar el virus”, acotó.
Agregó que otra preocupación latente en la comunidad científica es que se saturen los hospitales.
De hecho, ese es un factor que está bajo la lupa del secretario de Salud, Lorenzo González, quien adelantó en una entrevista con Primera Hora que Puerto Rico tendrá que para la próxima orden ejecutiva (supuesta a iniciar el 3 de octubre) habrá que volver a medidas restrictivas para desacelerar los contagios de COVID-19 pues el índice de riesgo de la isla con la enfermedad es “alto” y se encuentra en un nivel naranja, según el nuevo modelo de monitoreo utilizado por el gobierno para tomar decisiones o aperturas o cierres en el país.
González admitió estar preocupado por el ritmo acelerado de muertes -en promedio siete personas han fallecido al día en septiembre-, y a la tendencia de hospitalizaciones registradas en los últimos días. Sostuvo que la última semana llamó su atención pues la ocupación de unidades de cuidado intensivo llegó a alcanzar un 66%. El gobierno puso como límite un 70% para calificar un nivel de alerta.
Hasta anoche estaban ocupadas 411 de 640 habitaciones de intensivo disponibles. Esto equivale a un 64%. De las unidades ocupadas habían 62 con pacientes de COVID, según el reporte del Dashboard de Salud.
“Yo también estoy preocupada porque tenemos que procurar aumentar la capacidad de los hospitales. Tenemos que pensar en la probabilidad de que ocurra una emergencia -como un temblor o un huracán- y que esa capacidad de cuartos de hospital disminuya. Y eso lo prevenimos con medidas de salud y seguridad y continuando educando sobre la importancia del uso de mascarillas, el distanciamiento y el lavado constante de manos”, exhortó Cruz.