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  Por el libro
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10 de octubre de 2016

SinComillas

Por Luisa García Pelatti

La actividad económica durante agosto de 2016, reflejó una reducción de 0.5% respecto al mes anterior, según el Indice de Indicadores Coincidentes (IIC) que elabora el economista Angel Rivera Montañez. La actividad económica en Puerto Rico se ha deteriorado rápidamente durante los pasados seis meses. En 10 de los últimos 12 meses se han registrado bajas en la actividad económica.

La caída del IIC en el mes de agosto es la sexta reducción consecutiva y estuvo causada, principalmente, por una reducción del empleo asalariado no agrícola y el deterioro de la actividad en la industria de la construcción. En el aspecto positivo destaca la estabilidad del sector manufacturera en los meses de julio y agosto.

A una tasa anual, el valor de la actividad económica muestra una reducción de 2.7% respecto a junio del año anterior, y ya son 21 meses de bajas consecutivas. El IIC se ha contraído 2.9% en lo que va del 2016.

De cara al futuro, las perspectivas apuntan a que la economía seguirá deteriorándose. “Como ya se sabe, el colapso de las estrategias gubernamentales para reestructurar la deuda junto a una política fiscal restrictiva que ha afectado a la economía ha provocado la intervención federal a través de una Junta de Control Fiscal. Por lo tanto, cumplir con las obligaciones con los bonistas y los servicios básicos a la población hace imperativo un balance entre estas acciones”, señala Rivera Montañez.

“En estos momentos, son inciertas cuán profundas serán las acciones correctivas de dicha Junta ante los problemas existentes y que han provocado la clasificación a nivel ‘chatarra’ de los bonos gubernamentales y con ello la pérdida de miles de millones de dólares, el control en el manejo del pago de la deuda y una economía en deterioro. Sin duda alguna, será inevitable realizar los ajustes fiscales y las reformas gubernamentales y estructurales necesarias contando con decisiones de política pública y fiscal a nivel local más allá de las decisiones económicas y políticas públicas que se tomen a nivel federal para enderezar la economía. Estas acciones deben ser puestas en marcha de manera estratégica o de lo contrario se corre el riesgo de exacerbar la depresión económica con los consabidos costos sociales. Pero lo más importante es que todos los sectores entiendan la necesidad de realizar estos cambios para que el País pueda alcanzar estabilidad, crecimiento y desarrollo económico en el menor tiempo posible”.

El economista advierte que “hará falta tomar varias medidas difíciles y dolorosas en aras de restablecer un balance estructural de nuestra economía. Medidas como una reforma laboral, la apertura del sector energético y manejo de agua, una reducción en los costos operacionales relacionados a las utilidades públicas, una reducción en las tasas impositivas a individuos y corporaciones junto a una simplificación en el sistema contributivo, una simplificación en los permisos para abrir y operar negocios, una reorganización y cotejo de los créditos corporativos, una consolidación de gobiernos municipales, y consolidación de entidades públicas, entre otras medidas, ya son inevitables u obligadas”.