Los asesores diseñan protocolos de actuación por si la situación se deteriora más
Algunos dicen que un pesimista es un optimista bien informado. En el mundo de la inversión, los ahorradores mejor asesorados son los grandes patrimonios. En las últimas semanas, muchos ricos españoles han acudido a su banquero privado con la siguiente pregunta: ¿qué hago con mi dinero si se cumple el peor de los escenarios? Palabras como corralito o devaluación han dejado de ser tabú. Los asesores se han puesto manos a la obra con el objetivo de confeccionar una especie de plan B que poner en marcha en el caso de que una salida desordenada de Grecia del euro provoque el pánico en el mercado. Es solo una hipótesis de trabajo, aún de baja intensidad pero, como ocurre en un incendio, mejor saber de antemano dónde está la puerta de emergencia.
La inquietud de los clientes ha aumentado en las últimas semanas
“Hay mayor inquietud. En las reuniones con clientes se habla más de cómo protegerse del riesgo que de rentabilidades”, reconoce Sergio Navarro, director general de A&G. En lo que es la pura gestión de activos es muy difícil tener un plan B, según el responsable de este banco privado. “O se tiene exposición a determinados activos o no se tiene, pero es imposible rotar una cartera de inversión en 24 horas si surge un imprevisto”. En el mercado se habla en las últimas semanas de una salida del euro, de una devaluación o, incluso, de un corralito. “Esto no quiere decir ni mucho menos que este escenario se vaya a producir, pero aquel que quiera cubrir riesgos debe sabe qué alternativas tiene”, dice Navarro.
Entre esas alternativas, desde A&G señalan que el cliente que tenga inquietud sobre el futuro de sus ahorros debe saber que puede poner su dinero en algún vehículo fuera de España de forma legal y transparente. “En Europa hay libertad de movimientos para personas y capitales. En el mercado hay productos como seguros de vida, que cuentan con el visto bueno de la Dirección General de Seguros, o fondos registrados en la CNMV, pero domiciliados en Luxemburgo, que protegen ante un hipotético corralito. En definitiva, lo ideal es comprar un producto con el que puedas ir con tu DNI y recuperar el dinero”, según del director general de esta entidad.
Otro aspecto que preocupa a los altos patrimonios tiene que ver con un posible endurecimiento adicional de la fiscalidad. “Hay que capitalizar los ahorros, porque los tipos impositivos están en máximos. Se trata de diferir el pago de impuestos mediante sicavs, unit links, carteras de fondos... con la esperanza de que la situación mejore y la presión fiscal se relaje”, concluye Navarro.
El libre movimiento de capitales habilita la apertura de una cuenta en el exterior
En Profim, por su parte, hace más de un año elaboraron un protocolo de actuación para los clientes que tiene varias fases. Creen que en esta crisis los inversores podrían encontrarse con escenarios intermedios antes de llegar al peor de los mundos y prefieren graduar las respuestas. “Nosotros no pretendemos ser alarmistas, pero nuestros clientes nos pagan por aconsejarles. Nos limitamos a informarles de cuáles son los mecanismos de defensa que tienen. Como pasa con las enfermedades, les aconsejamos que prueben primero con los antibióticos antes de pensar en la operación”, dice Víctor Alvargonzález, consejero delegado de Profim.
La primera fase en el plan de esta firma de asesoramiento es invertir en los activos más adecuados, alejarse del foco de los conflictos. “Desde hace tiempo recomendamos evitar la exposición a España y, en general, a Europa, primando EE UU y los mercados emergentes”, dice Alvargonzález.
La segunda fase del plan se activaría si hubiese una salida desordenada de Grecia del euro y una hipotética intervención de España. “En ese caso, recomendamos solo comprar depósitos de los bancos con mayor solvencia y más diversificados. En el caso de la renta fija, solo invertir en deuda sénior, es decir, la de mayor calidad. En este contexto también sería conveniente estar fuera de Bolsa y apostar por los fondos más conservadores, teniendo en cuenta que, en caso de quiebra de una entidad, a los fondos no les pasaría nada, puesto que están fuera del balance”, detalla el responsable de Profim.
Los fondos de gestoras foráneas visados por la CNMV, una opción
La tercera fase sería un control a los movimientos de capitales. “En el hipotético caso de que se llegase a este extremo, no pensamos que vaya a ser como en el caso Argentino. Es un terremoto que no está previsto. Nuestro consejo es utilizar fondos de inversión de gestoras extranjeras, principalmente de países del núcleo duro del euro registrados en la CNMV, pero que forman parte de una sicav domiciliada en otro país. Esta opción esquivaría cualquier restricción al movimiento de capitales”.
El problema puede llegar si al corralito se le sumara una salida del euro con la consiguiente devaluación de la moneda. “Con la inversión en fondos extranjeros se evitaría el control, pero el problema vendría con la repatriación del dinero. Aquí hay que recordar que existe libertad de movimientos de capitales y, siempre que se informe a Hacienda y al Banco de España, un español puede abrir una cuenta de efectivo y valores en un banco extranjero. El problema es que para esta opción las entidades suelen exigir contar con un patrimonio superior al millón de euros”, subrayan en Profim.
En uno de los bancos suizos de mayor solera y con presencia en España reconocen el nerviosismo de sus clientes. “La preocupación de los inversores por la seguridad de sus ahorros por el hecho de tenerlos en España ha sufrido altos y bajos. Es cierto que en las últimas semanas esos temores se han incrementado. El artículo de Paul Krugman mencionando la posibilidad de un corralito tuvo bastante impacto en la percepción del riesgo”, reconoce el máximo responsable de la entidad.
Corralito o devaluación son solo hipótesis de trabajo de baja intensidad
“Es imposible saber si habrá corralito y cómo se instrumentalizaría. La gente mira al caso argentino, pero no tendría por qué ser exactamente igual. Pudiera ser que solo afectase al efectivo y no a los activos. Además, también existe la posibilidad de que afectase a más de un país del euro. En teoría, teniendo el dinero fuera, principalmente en EE UU o Suiza, se disiparían casi todas las dudas”, añaden desde este banco.
Una salida de Grecia del euro tendría unas consecuencias difíciles de prever. Es difícil calcular el efecto psicológico que esa decisión tendría en los inversores. “Una cosa es el miedo al corralito y otra es el miedo a la evolución de las inversiones en los países periféricos. En nuestra entidad llevamos tiempo recomendando no tener inversiones en bancos europeos ni en deuda pública de países de la periferia del euro. Y es que el final de la crisis puede que sea una reestructuración de la deuda pública, y no estoy hablando solo de Grecia. Si finalmente se lanzan los eurobonos, quizá el canje para cada país no fuera uno a uno. Los tenedores de deuda de esos países perderían dinero, pero se evitaría el caos”, comenta este experto. Además, recuerdan que en la actualidad, cumpliendo con unos requisitos legales de información, “ya se puede abrir una cuenta bancaria en cualquier país, y es otra de las opciones para proteger el patrimonio”.
En cuanto a la reforma fiscal, desde este banco suizo creen que puede haber más subidas de impuestos, aunque estos cambios son difíciles de anticipar. “En cualquier caso, recomendamos a nuestros clientes estar en fondos o sicavs para amortiguar mejor cualquier novedad tributaria”.
En Banif, el mayor banco privado español, aseguran que no tienen un plan B porque no contemplan “ningún escenario catastrófico” y porque, además, cuentan con el respaldo de la casa matriz (Banco Santander). En todo caso, explican que desde que comenzó la crisis han reforzado los sistemas de control y vigilancia de las inversiones de sus clientes, con el fin de preservar su patrimonio. “No hay que volverse locos. Ahora mismo prima más que nunca la diversificación de las carteras y estar fuera de aquellos activos vinculados a determinados riesgos soberanos. La salida de Grecia del euro no beneficia a ninguna de las partes y, por tanto, creemos que no se va a producir”, exponen fuentes de Banif.