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El Nuevo Herald
La Agencia de Lucha contra las Drogas (DEA) está investigando a la mayor cadena de farmacias del país en la continuación de su ofensiva contra el notorio mercado ilícito de analgésicos por receta en la Florida.
A principios de esta semana, la DEA registró seis farmacias Walgreen de Fort Pierce a la Bahía de Tampa y se llevó archivos de un centro de distribución de Walgreen en Jupiter. Los registros fueron parte de una investigación por el aumento del tráfico del narcótico oxicodona en esas ubicaciones, según documentos judiciales.
Las farmacias Walgreen representan en este momento 53 de los principales 100 vendedores al por menor de oxicodona en el estado, según un reporte presentado ante los tribunales por la DEA. Tres años atrás, ninguna farmacia Walgreen figuraba entre los 100 vendedores del fármaco.
“La DEA está preocupada por el reciente aumento significativo en el número de tabletas de oxicodona compradas por Walgreens en la Florida”, declaró el agente especial a cargo de la DEA Mark Trouville.
La investigación de Walgreen no está dirigida por investigadores pertenecientes a la rama criminal de la DEA, sino por el ala regulatoria la cual licencia a las farmacias, médicos y otras agencias medicas que distribuyen fármacos por prescripción facultativa. La pesquisa está centrada en si las farmacias están dispensando los medicamentos “fuera del ámbito de su registración y violando las leyes federales, según el reporte.
Directivos de Walgreen no quisieron comentar sobre los detalles de la investigación. “Estamos trabajando y cooperando con la DEA en este tema”, apuntó el portavoz de la compañía, Jim Cohn.
En los últimos años, la Florida se ha convertido en la mayor fuente de analgésicos de mercado negro para el este de Estados Unidos, suministrando a redes de droga desde Kentucky hasta Massachusetts. Muchas de estas pastillas han pasado por clínicas para tratamiento de dolores que operan en los condados Broward y Palm Beach.
A medida que los legisladores estatales y la policía han ido tomando medidas enérgicas contra estas clínicas —su número ha bajado de más 800 en el 2010 a 500 en la actualidad, según funcionarios estatales— la DEA ha desviado su atención hacia los otros eslabones de la cadena: las farmacias y los distribuidores de fármacos.
En febrero, por ejemplo, la DEA suspendió la licencia de un centro de distribución en Lakeland de Cardinal Health, uno de los mayores distribuidores de fármacos de la nación. La DEA ha investigado además a farmacias independientes en Broward, y se esforzó en cerrar dos farmacias CVS en Sanford, cerca de Orlando.
Estas farmacias han atraído el escrutinio por el alto número de pastillas de oxicodona que venden. Mientras que la farmacia promedio en EEUU distribuye anualmente 74,000 pastillas de oxicodona, la farmacia promedio de la Florida distribuye más de 112,000 pastillas al año, según la DEA.
Una farmacia Walgreen en Fort Myers actualmente bajo investigación vendió más de 2.1 millones de pastillas de oxicodona en el 2011, más de 22 veces la venta de oxicodona en la misma farmacia dos años atrás, afirmó la DEA.
Otras farmacias Walgreen bajo investigación se encuentran en Fort Pierce, Oviedo, Hudson y Port Richey.
Walgreen has tenido siempre reputación de mantener un estricto control de sus ventas de narcóticos y de cuestionarse las recetas de los médicos de las clínicas para el tratamiento de dolores. En el 2010, agentes encubiertos que investigaban una clínica de West Palm Beach escucharon a enfermeros aconsejando a pacientes en busca de analgésicos que no llevaran sus recetas a Walgreen, según documentos judiciales.
“No vayan a Walgreen”, aconsejó el enfermero a los pacientes. “No puedo decirlo suficientes veces. Ellos no son sus amigos. Son el enemigo”.
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