El Nuevo Herald
MIAMI (AP) — Debido a que cientos de miles de diabéticos han comenzado a obtener cobertura de un seguro médico bajo la nueva ley federal de servicios médicos, las empresas aseguradoras le tienen puesta la mira a este numeroso grupo de pacientes, a quienes resulta costoso tratar y que a menudo dejan de tomar sus medicamentos o no cumplen con su dieta.
Las aseguradoras están contactando a los diabéticos que no recogen sus recetas o faltan a sus citas médicas. Gestionan facilidades de transporte para llevarlos al consultorio y en algunos casos están enviando enfermeras a domicilio en un esfuerzo por evitar complicaciones que puedan significarles un alto costo en sus cálculos previstos.
Antes de que entrara en vigencia la nueva ley de seguro de salud federal, algunos diabéticos tenían dificultades para ser asegurados debido a que padecía del mal. Pero la nueva ley ya no permite que las empresas se nieguen a aceptarlos o a cobrarles más, lo que hace que una intervención temprana sea todavía más crucial.
Más o menos un 60% de las personas con diabetes tipo 2 pueden mantener bajo control los efectos secundarios mediante un simple chequeo del nivel de glucosa, haciendo ejercicio y cuidando su peso, destacó el doctor Sam Nussbaum, un endocrinólogo que trabajó en el Hospital General de Massachusetts de Harvard y vicepresidente ejecutivo de la empresa WellPoint.
Por el contrario, si se pasa por alto el mal, puede provocar múltiples complicaciones graves. Puede ser la principal causa de males cardíacos, derrames cerebrales, insuficiencia renal y pérdida de la vista.
Una persona relativamente sana con diabetes le puede llegar a costar a una empresa de seguros unos 5.000 dólares al año.
"Pero si uno deja que se desarrolle cualquiera de esas difíciles complicaciones de larga duración, entonces estamos hablando de más de 100.000 dólares", destacó Nussbaum.
La diabetes afecta a unos 26 millones de estadounidenses, y dos tercios de ellos tienen sobrepeso o son obesos. Se calcula que aproximadamente un 8% de estadounidenses padecen del mal, y las empresas de seguros calculan que por lo menos ese porcentaje de los 7,5 millones de nuevos asegurados bajo la nueva ley federal de salud tendrán diabetes.
Sarah Luke, de 73 años, ha luchado para mantener su peso y nivel de glucosa después de ser diagnosticada con diabetes hace seis años, pero cada esfuerzo fallido la dejaba más desanimada.
Las aseguradoras ya tienen una serie de programas especiales para diabéticos y han comenzado algunos nuevos.
WellPoint comenzó a reclutar diabéticos para un programa de seis semanas el año pasado cuando entró en vigencia la ley de seguro de salud federal. Los talleres que se realizan en Atlanta, Indianápolis y San Luis cubren todo, desde el control de la glucosa en la sangre hasta el apoyo emocional. Los resultados iniciales han sido positivos.
En el caso de Luke, su participación en los talleres ha dado buenos resultados.
Desde la segunda semana comenzó a tomar más agua y ha reducido su consumo de Coca Cola de dieta y de edulcorantes artificiales en sus alimentos. Al concluir el programa, Luke había perdido 5 kilogramos (11 libras) y hacía ejercicios cuatro veces por semana. Su presión sanguínea ha bajado ahora más que cuando tomaba medicamentos.
"Le debo mucho a este taller. Me está cambiando la vida", comentó Luke. "Cada semana tengo la sensación de haber cumplido algo que me alienta para pasar al siguiente nivel", agregó.