La emigración de decenas de miles de boricuas y la reducción de la natalidad parecen ser dos de los factores que más han contribuido al ciclo de contracción que vive Puerto Rico, y su impacto es tan contundente que el País pudiera utilizar el término económico “recesión” cuando se hable de su población.
Según Mario Marazzi, director ejecutivo del Instituto de Estadísticas de Puerto Rico (IEPR), la reducción poblacional que el País atestiguó entre los años 2000 y 2010 podría justificar al menos una cuarta parte de la abrupta caída que ha registrado el Producto Interno Bruto (PIB), en términos reales, desde el 2006.
Según el titular del IEPR, la disminución de la población comenzó justo antes del inicio de la recesión en el 2006 y el descenso fue tan marcado que hasta el 2010, o sea, en un lustro, la población de la Isla se redujo, en promedio, 0.5% cada año.
Más carga para menos gente
En palabras de Marazzi, menos gente significa menos ingresos, menos consumidores, menos contribuyentes y, por ende, una baja en la actividad económica.
A su vez, una reducción en la población supone también que aquellos que han permanecido en la Isla tendrán mayores responsabilidades sobre sus hombros. O sea, trabajar más y pagar más por el costo de la energía eléctrica, los víveres y hasta los impuestos.
Según Marazzi, mientras la población de Puerto Rico se contraía cada año en medio punto porcentual, la economía hacía lo propio, pero a razón de 1.8%.
“De alguna forma, estamos viviendo una recesión demográfica”, dijo el doctor en Economía al señalar que, luego de siete años de reducción poblacional, no hay certeza de cuándo ese fenómeno tocará fondo, lo que a su vez también supone una interrogante para el desempeño de la economía hacia el futuro.
Menos gente y más viejos
Al profundizar en el impacto del cambio demográfico en la economía y, en especial, en los pasados años, el economista indicó que, para el 2006, el número de personas que habría abandonado la Isla ese año pudo haber llegado a unas 100,000. Ese dato resulta más elocuente si se considera que la natalidad se ha reducido drásticamente. Ello, a su vez, ha acelerado el envejecimiento de la población con relación a Estados Unidos, indicó.
Para 1990, Puerto Rico reemplazaba su población -o sea, la diferencia entre nacimientos y muertes- en unas 40,000 personas. Hasta el 2008, esa cifra se había reducido a unos 15,000.
“Si el país tuviera conciencia de los efectos migratorios en los dólares y centavos que circulan en la economía, habríamos visto la recesión desde otra perspectiva”, indicó Marazzi a preguntas de El Nuevo Día al agregar que el Gobierno actual ya ha comenzado a prestar atención al asunto.
Vuelve ‘progreso’
La estrecha relación entre demografía y economía aparece de manera elocuente en la edición de febrero de Progreso Económico, una publicación del Banco Popular, que ahora ha sido rediseñada como secuela de una alianza entre la institución financiera y el IEPR.
Según Marazzi, la alianza provee para que la dependencia pública elabore los textos y la data estadística del boletín que se publicará trimestralmente. Dijo que se accedió a participar del proyecto porque este es cónsono línea con la misión del IEPR, de dar acceso libre a la información estadística.
Banco Popular creó Progreso Económico aproximadamente en 1965 para informar a sus clientes acerca de la economía. Ahora, la institución difundirá la publicación masivamente para que sirva como fuente de referencia para el sector privado y sin fines de lucro, estudiantes, académicos e inversionistas del exterior.
El boletín se prepara en español e inglés y continuará siendo libre de costo. Este se distribuirá por correo postal, electrónico y en el sitio web: www.popular.com/progreso.
“El nuevo diseño utiliza más elementos visuales para comunicar los últimos acontecimientos económicos en Puerto Rico y facilitar su interpretación. Estamos muy satisfechos con el resultado y nuestra alianza con el IEPR para proveer análisis económico e información fundamental para el sector empresarial y el público en general”, dijo por su parte Eduardo Negrón, responsable del Grupo de Administración del conglomerado financiero.
Entre los cambios más notables de Progreso Económico figura la publicación de estadísticas de manera uniforme en la que se emplean datos correspondientes a cinco años naturales y utilizando, en la medida de lo posible, las mismas escalas para que el lector pueda apreciar y entender la información con mayor simplicidad.
Otro dato llamativo de la edición de febrero es que el Índice de Actividad Económica de Banco Popular (IAE-BPPR) pareció anticiparse al avance que registró el IAE del Banco Gubernamental de Fomento (BGF) y que esta semana el Gobierno divulgó intensivamente al encontrarse en terreno positivo.
En el caso del IAE-BPPR, la herramienta avanzó cuatro décimas porcentuales con relación a octubre de 2011 y 1.8% con relación a noviembre respecto a su valor en noviembre de 2010.
A diferencia del IAE del BGF, la herramienta elaborada por Banco Popular mide el empleo, el consumo de electricidad y de gasolina, pero también incluye los registros en hoteles, depósitos en bancos comerciales, importaciones y ventas al detal, entre otras variables.