WASHINGTON (AP) — El Servicio Postal de Estados Unidos, que está casi en bancarrota, informó el jueves que ya no esperará a que el Congreso salga de su estancamiento sobre cómo ayudarlo y que proseguirá con sus planes de cerrar decenas de centros de procesamiento para reducir costos.
Patrick Donahoe, jefe de la oficina postal, dijo que la red de procesamiento de envíos simplemente se volvió demasiado grande porque se ha reducido el volumen de envíos y su deuda está creciendo. Ahora consolidará casi 250 plantas como originalmente planeaba, incluyendo 48 este verano. El resto las cerrará para 2013 y 2014.
A comienzos de este mes, casi la mitad del Senado escribió cartas a Donahoe solicitando que no cerrara ninguna oficina hasta que el Congreso aprobara una ley para reformar el sector postal. El Senado aprobó la semana pasada una ley que podría evitar la mayoría de la clausuras, pero la Cámara de Representantes está paralizada porque quiere una ley que permita recortes más contundentes.
"Para volver a tener ganancias y estabilidad financiera en el largo plazo, a la vez que mantenemos costeable el servicio postal, debemos empatar nuestra red con la carga de trabajo prevista", dijo Donahoe. Si no se logra, se "creará un hoyo fiscal del que el Servicio Postal no será capaz de salir", dijo el funcionario.
De acuerdo con el plan modificado, hasta 140 centros de procesamiento estarán consolidados para febrero (unos 48 en agosto y otros 90 para enero y febrero de 2013). Los cierres se suspenderían durante la atareada temporada que tiene el Servicio Postal en época electoral y en fin de año. Habría otros 89 cierres en 2014.
Se espera que las consolidaciones reduzcan en 13.000 empleados la plantilla laboral y le ahorren a la oficina 1.200 millones de dólares anuales. Una vez que el plan esté implementado por completo, se calcula que la oficina postal tendrá 28.000 empleados menos y ahorros anuales por 2.100 millones de dólares.
El más reciente cambio surgió después de que varias comunidades protestaron en todo Estados Unidos, en particular en zonas rurales, por el plan inicial de la oficina de recortar miles de millones de dólares en gastos con el cierre de hasta 3.700 oficinas postales y 252 centros de procesamiento. La semana pasada, el Servicio Postal se retractó de cerrar las oficinas postales al decir que reducirá los gastos disminuyendo las horas de operación.
Los anuncios del jueves buscan aliviar algunas preocupaciones en zonas rurales sobre el cierre de los centros de procesamiento, porque podrían volver más lenta la entrega de paquetes de primera clase como medicamentos de prescripción, diarios y otros servicios a partir del verano, y que prácticamente habrían eliminado la posibilidad de que una carta de papel llegara al día siguiente.
Bajo el nuevo plan, casi 80% de las áreas en Estados Unidos que actualmente cuentan con entregas de primera clase de un día para otro seguirán así hasta finales del siguiente año.