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  Por el libro
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14 de abril de 2010

Senado de Puerto Rico

El Capitolio- El Senado de Puerto Rico aprobó hoy por unanimidad en sesión legislativa el Proyecto del Senado 1251 de la autoría de la Senadora novoprogresista Norma Burgos, que establece como política pública la eliminación de la importación, distribución, venta y uso de bolsas plásticas desechables diseñadas para acarrear artículos, productos, bienes o mercancía de cualesquiera índole en cualesquiera entidades comerciales en la jurisdicción de Puerto Rico y sustituir dichas bolsas plásticas por bolsas compostables o reusables.

La bolsa plástica es símbolo de comodidad, comúnmente utilizadas para acarrear víveres y mercancías desde los supermercados y otros establecimientos comerciales a las residencias. Comenzaron a ser de uso común y corriente en los años 70. No obstante, lo perjudicial de que estas bolsas de plástico sean utilizadas es que son fabricadas fundamentalmente de polietileno.

El politileno es un plástico sintético derivado del petróleo que tienen una vida estimada de 100 y 400 años, antes de romperse en pequeñas partículas tóxicas. Más del 99% de la producción mundial de estas bolsas que incluyen a Puerto Rico, no se recicla, en gran medida porque su reciclaje no es costo efectivo.

Los estudios sobre el tema indican que la primera bolsa plástica que existió en el mundo, aún anda en algún lugar de la tierra. El costo ambiental es incalculable, porque cientos de bolsas no solo se acumulan en la tierra restringiendo el crecimiento de la flora y la fauna, sino también en afluentes de agua, y finalmente en el mar, causando la muerte a miles de aves, peces, tortugas, y mamíferos marinos al ingerirlas o enredarse en ellas.

Por otra parte, estas aparentemente inofensivas bolsas plásticas de supermercado llevan impresa una advertencia a los padres de bebés e infantes, la cual tiene una poderosa razón de ser. La Comisión Federal de Seguridad de Productos para los Consumidores (CPSC por sus siglas en ingles) reporta unos 25 casos anuales de muerte por asfixia en infantes menores de un año de edad causadas por bolsas plásticas.

Igualmente, estudios de la Organización Mundial de la Salud y la Sociedad Americana del Cáncer indican que algunos de los componentes utilizados en la fabricación de bolsas plásticas son cancerígenos. En el año 2005 murieron 7.6 millones de personas de cáncer y se estima que para el 2015 dicha cifra aumentará a unos 84 millones.

En los Estados Unidos, la ciudad de San Francisco, California, fue la primera en prohibir el uso de bolsas plásticas en supermercados y farmacias. La ciudad de Santa Mónica, California, también ha prohibido su utilización y otras comunidades del estado vienen implementando programas para reducir el uso de bolsas plásticas, principalmente imponiendo una contribución. Entre estas últimas se incluyen las ciudades de Los Angeles, Santa Mónica, Manhattan Beach, Malibu y San Diego. También se han unido a esta iniciativa el estado de Alaska y ciudades como Reno, Nevada, Seattle, Washington, y Fairfax, Virginia.

En consonancia con estos datos, varias jurisdicciones han comenzado a tomar medidas para eliminar o por lo menos reducir significativamente el uso de bolsas plásticas. En china, la prohibición del uso de bolsas plásticas ha resultado en un ahorro de 5 millones de toneladas de petróleo al año. En Chile se prohíbe la importación, distribución y venta de bolsas plásticas como medio de empaque de mercaderías en los establecimientos comerciales de todo el país. La republica de Irlanda impuso una contribución de 33 centavos por bolsa y ha disminuido su uso en un 94%. Varios países se han unido a este proceso de eliminar la contaminación de bolsas plásticas, incluyendo España, Holanda, Francia, Alemania, Reino Unido, Colombia, India, Irlanda y Tanzania, promulgando legislación para alcanzar este objetivo a corto plazo.

Dejar de utilizar bolsas plásticas para el acarreo de mercancías al detal tendría un impacto económico real al disminuir costos de energía, recogido de basura, disposición de desperdicios sólidos y salud pública, lo cual representa miles de millones de dólares. A nivel del consumidor el costo escondido u oculto actualmente es entre dos 2 y cinco 5 centavos por bolsa, que es transmitido por el comerciante al consumidor, mientras que el costo directo de una bolsa reutilizable no sería mayor a dos dólares ($2.00) al año.

"Han surgido diferentes iniciativas para reducir la misma, pero ha quedado comprobado que la reducción no descarta el problema, hay que eliminarlas totalmente y sustituirlas. Con la aprobación de esta medida se promueve la salud física y emocional de los seres humanos y la conservación del medio ambiente, aportando así enormes beneficios sociales, ecológicos y económicos para las presentes y futuras generaciones. De esta forma se adelantan los objetivos del Gobierno de Puerto Rico de reducir los desperdicios sólidos, promover el reciclaje, combatir la contaminación ambiental y adoptar medidas para la conservación de energía y protección de nuestros recursos naturales" concluyó Burgos.

Esta medida pasará a la Cámara de Representantes para su aprobación previo a la firma del Gobernador. Una vez se convierta en Ley, la Autoridad de Desperdicios Sólidos (ADS), la Junta de Calidad Ambiental (JCA) y el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) adoptarán un término de 6 meses para redactar y aprobar un reglamento que permita la viabilidad de prohibir las bolsas plásticas en Puerto Rico.