31 de marzo de 2011
El Nuevo Dia
Las notificaciones oficiales de reacciones adversas a medicamentos han aumentado dramáticamente en los últimos diez años. La Administración federal de Alimentos y Drogas (FDA, por sus siglas en inglés) acumula sus datos desde 1969. Estos reflejan que la mitad de las notificaciones de "efectos adversos" atribuidos a un fármaco o un dispositivo se ha cuantificado en los últimos diez años. Anualmente la FDA recibe medio millón de esas denuncias de problemas de salud, además de casos mortales, asociados a los productos médicos. En el 2000, la frecuencia fue de cinco por cada 10,000 consultas médicas, en las que se entregó por lo menos una receta. En el 2005, eso aumentó a siete de cada 10,000 consultas, según el análisis publicado en la revista Archives of Internal Medicine. Entre el 2000 y el 2010, la cantidad de notificaciones creció más del 11 por ciento anual. En el 2010, se sumaron 2.2 millones de denuncias, el 55 por ciento de la base de datos. La doctora Sheila Weiss-Smith, de University of Maryland, Baltimore, advirtió que la cantidad de notificaciones no representa el número real de efectos adversos a los fármacos. Según explicó, los fabricantes deben informar a la FDA todo problema de salud que podrían causar sus productos. También hay médicos, pacientes y abogados que los notifican. "Es voluntario", dijo Weiss-Smith. Sostuvo que es difícil determinar por qué están creciendo las notificaciones. Señaló que es posible que influya el crecimiento de la población de mayores, que son más propensos a tener reacciones adversas. Además, indicó que creció el consumo de fármacos, y por períodos más prolongados, lo que eleva el riesgo de sufrir efectos adversos e interacciones negativas entre los fármacos. A menudo, las denuncias aumentan luego de la aparición de artículos periodísticos sobre algún problema con un fármaco. "Es increíble cómo la difusión potencia la notificación", dijo. El equipo de Weiss-Smith revisó las notificaciones de efectos adversos de los fármacos de marca realizadas entre el 2000 y el 2009. En ese período, la FDA recibió 2.2 millones de ingresos a su sistema AERS para informar qué había sucedido con el paciente (más del 40 por ciento había sido hospitalizado y el 15 por ciento había muerto). Algunos fármacos comúnmente asociados con las reacciones adversas fueron una nueva clase de productos recombinantes del ADN, incluidos algunas terapias para las enfermedades autoinmunes, como la artritis reumática y la enfermedad de Crohn. Al actuar en el sistema inmunológico, esos fármacos aumentan el riesgo de sufrir infecciones. Otros fármacos que encabezaban la lista fueron uno para la diabetes (Byetta), otro para la osteoporosis (Forteo) y un parche anticonceptivo (Ortho Evra). Muchos fármacos pueden causar efectos adversos y los pacientes deben tomar precauciones. "Son sustancias químicas que ingresan al organismo. Hay que saber de qué se trata", sostuvo Weiss-Smith. La especialista recomendó decirle al médico qué medicinas se están tomando y comprar siempre en la misma farmacia, "para que alguien pueda hacer un seguimiento de todos los fármacos utilizados" para prevenir las interacciones negativas. Si es necesario agregar un fármaco, la autora aconsejó conversar con el médico para saber si se pueden modificar otros para tomar la cantidad mínima necesaria. Además, indicó leer el prospecto de los fármacos y avisarle a alguien si aparece algún malestar. "Si algo anda mal, hay que comentárselo al médico o al farmacéutico", finalizó Weiss-Smith.
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