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  Por el libro
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8 de marzo de 2011

La Opinion

Francisco Gómez es conocido entre los inmigrantes del Este de Los Angeles como el Dr.González de la calle Olympic. Aunque no tiene licencia para practicar medicina en Estados Unidos, este supuesto médico mexicano era muy reconocido entre los residentes que se sentía cómodo con un doctor que entendía su cultura y hablaba su idioma.

Según las investigaciones de las autoridades del condado, Gómez atendía a los pacientes en las instalaciones de la Clínica Moreno, ubicada en la cuadra 4100 del bulevar Olympic, a cualquier hora incluyendo horarios nocturnos y domingos.

Una llamada anónima a la oficina de la supervisora Gloria Molina, que aseguraba que había irregularidades en esta clínica, levantó sospechas e hizo que las autoridades del condado investigaran.

Varios meses de pesquisas revelaron que la clínica encubría a supuestos doctores de México, Gómez y Antonio Bravo, así como a otras personas que ejercían medicina o farmacología sin estar acreditados.

El Dr. Shura Moreno y cuatro empleados de la clínica fueron arrestados por fraude contra compañías aseguradoras, hurto y venta ilegal de medicamentos.

Gómez y Bravo aún no están bajo custodia policial porque no han sido ubicados.

Este caso es seguido por la Unidad de Cumplimiento de la Ley de Salud del Condado de Los ángeles (HALT), y los arrestos fueron realizados por la estación del Sheriff del Este de Los ángeles.

Los arrestados son el Dr. Shura Moreno, residente de Alta Loma, y Sylvia Rodríguez, de Downey, quienes fueron detenidos por múltiples cargos de hurto y fraude, y en el caso de Rodríguez por practicar medicina sin licencia.

Erick Aguilar, portavoz de HALT, explicó que la clínica operaba con la licencia del Dr. Moreno, quien casi nunca estaba ahí. Mientras que Rodríguez, quien era la asistente médico, atendía a los pacientes sin supervisión o bajo la consejería de González.

Los otros arrestados son Leticia Isabel Peña, quien era la administradora de la clínica. Humberto Peña vendía antibióticos y medicinas para el dolor sin receta médica a los pacientes de la clínica y afuera del establecimiento. Humberto es el padre de Leticia.

Los investigadores creen que la dueña de la clínica es Leticia y que el Dr. Moreno solo le prestaba su licencia para operarla con supuestos médicos de México y con Rodríguez.

Otra arrestada es Rosa Isela González, residente de Fontana, quien también fue detenida por vender medicamentos sin receta médica. Ella es amiga de Humberto y Leticia.

Los investigadores consideran que Humberto era quien le refería los pacientes a Gómez.

Otra arrestada es Guadalupe González, de South Gate, por fraude de prescripción de medicamentos y por ejercer la medicina sin licencia.

González y Bravo son sospechosos de fraude. De acuerdo con las investigaciones de HALT, ambos trabajaron en la clínica como médicos hace aproximadamente un año hasta que por motivos que aún no están claros dejaron de llegar a la clínica.

Las autoridades declararon que esta clínica atendía principalmente a pacientes que pagaban en efectivo o que tenían MediCal y Medicare. Esto significa que la mayoría de personas que buscan estos servicios médicos son inmigrantes que pagaban en efectivo y cuyo principal idioma es el español y personas pobres inscritas en los seguros médicos públicos.

Los cargos de fraude provienen de brindar atención médica sin tener la licencia para hacerlo. En el caso de Rodríguez, Gómez y Bravo eran quienes se encargaban de los pacientes, mientras que el Dr. Moreno, quien cuenta con la certificación estatal, facturaba las visitas ante las aseguradoras.

Ayer la clínica estaba cerrada y ninguno de los vecinos quiso hablar sobre el tema. Una residente de la zona, quien no quiso dar su nombre, dijo que ella acompañó a su "comadre" a la clínica una vez y que todo parecía normal.

"El personal era muy amable. El doctor muy atento y sabía de lo que estaba hablando porque mi comadre está bien. Se alivió luego de verlo y no le cobraron caro. No fue como ir a un hospital donde después le mandan el gran cobro", dijo.

El portavoz de HALT agregó que desafortunadamente muchos latinos prefieren este tipo de clínicas porque conocen la cultura y están dispuestos a ponerles inyecciones.

La supervisora Gloria Molina emitió un comunicado en el que aplaude las capturas y alaba la eficiencia del grupo especial de HALT.

"Este es el tipo de operaciones dudosas que HALT fue creado para atacar. Estoy muy orgullosa del trabajo de HALT y de eliminar de nuestra comunidad a doctores sin licencia y farmaceutas que supuestamente se interesan del bienestar de las personas, pero que en realidad solo se aprovechan de los individuos más vulnerables en las horas de desesperación", declaró Molina.