22 de febrero de 2011
El Vocero
La información sobre el cierre de la cadena de Farmacias El Amal, con una veintena de sucursales, continua en total desconocimiento, incluso para las autoridades gubernamentales, mientras el presidente de las droguerías Mohamed Yassir sigue sin emitir declaraciones. EL VOCERO intentó lograr alguna información de las farmacias pero no fue posible y las llamadas al teléfono privado de Yassir tampoco fueron contestadas. Los contactos de relaciones públicas de la cadena, que dejó el fin de semana a cientos de trabajadores en la calle, tampoco contestaron las solicitudes de entrevista. Ayer, el secretario del Departamento de Asuntos al Consumidor, (DACO), Luis Rivera Marín dijo que existe gran preocupación por las recetas sin despachar en poder de la farmacia lo cual pone en peligro la salud de cientos de pacientes que eran clientes de El Amal. Tanto los empleados como los clientes de las farmacias se enteraron del cierre el fin de semana, al trascender la información de manera informal, ya que nunca hubo un pronunciamiento de la gerencia sobre la decisión de la empresa ni cómo procederían con las recetas de sus clientes, entre otros asuntos. Rivera Marín también destacó que le preocupa el manejo de la información personal que mantienen las farmacia como parte del expediente electrónico de cada cliente. "Este cierre sorpresivo de las farmacias El Amal tiene que ser atendido de inmediato porque no sabemos cuántos consumidores pueden haberse afectado al no poder obtener las medicinas o sus recetas devueltas con anticipación a este cierre", manifestó el titular del DACO, en declaraciones escritas. Explicó que verificarán el procedimiento que utilizará El Amal para disponer de la mencionada información médica. En marzo de 2009, El Amal se acogió al Capítulo 121 de al Ley de quiebras ante la reducción en la actividad económica, el aumento en los gastos operacionales, para poder mejorar el flujo de efectivo. En eese momento el plan de reorganización financiera tenía el apoyo de Westernbank, que era su principal acreedor, al adeudarle $30 millones. Luego iniciaron un plan para relanzar las farmacias, por lo que el anuncio de cierre los pasados días ha causado mayor sorpresa. El Amal opera en Puerto Rico desde 1973. Luego de vender varias de sus farmacias a Walgreens, tenía 38 farmacias a través de la Isla, cantidad que se redujo, asei como el número de empleados. A marzo de 2009 empleaba a unas 750 personas.