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  Por el libro
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3 de febrero de 2011

El Nuevo Herald

Claudio Osorio es un potentado internacional del mundo de los negocios que ha atraído a inversionistas famosos, como Alonzo Mourning, que fundado orfanatos en todo el mundo y ayudado a construir una escuela en Haití.

Pero ahora las autoridades suizas dicen que es un estafador.

Osorio, nacido en Venezuela y nombrado "Empresario del Año' por Ernst & Young en 1997, enfrenta una investigación criminal de sus transacciones de negocios encabezada por las autoridades de Suiza con la asistencia del Departamento de Justicia de Estados Unidos.

Osorio, de 52 años y residente en la exclusiva Star Island, no ha sido acusado formalmente de un delito. Pero las autoridades suizas están utilizando a la fiscalía federal de Miami para llevar a cabo la investigación y emitir citaciones judiciales bajo un tratado de cooperación mutua en asuntos criminales que se ha usado muy pocas veces.

En documentos judiciales suizos, las autoridades acusan a Osorio y a su asociado de estafar a prestamistas que perdieron $220 millones, alegando que mintieron a fines de la década de 1990 sobre la salud financiera de su antigua compañía, CHS Electronics, que luego se declaró en quiebra en Miami.

Osorio afirma que no ha cometido delito alguno, dijo Roberto Zarco, un abogado que ha representado a Osorio anteriormente.

"Yo sé que estas acusaciones son serias, pero tienen que ser probadas', dijo Zarco, quien no está representando a Osorio en este caso. Osorio no devolvió varias llamadas telefónicas en busca de comentarios.

Ahora presidente ejecutivo y fundador de otra compañía, InnoVida, Osorio es un hombre de negocios ambicioso y con vínculos políticos que persuadió a banqueros y potentados a que invirtieran millones tanto en CHS como, luego de que esta fracasó, en InnoVida.

Entre sus inversionistas en InnoVida están el ex jugador del Miami Heat Alonzo Mourning, el general retirado Wesley Clark y el urbanizador de Miami Chris Korge, quien está demandando a Osorio.

Las acusaciones criminales tienen que ver con CHS, una compañía de computadoras que Osorio fundó en Venezuela en 1983.

Los investigadores suizos consideran que la compañía se hundió debido a la ‘‘administración fraudulenta' por parte de Osorio y sus asociados. Entre otras cosas, las autoridades suizas alegan que Osorio y sus socios crearon falsos estados de cuenta financieros según los cuales la compañía estaba en mejor estado financiero de lo que ocurría en la realidad.

Esos estados de cuenta permitieron a la gerencia adquirir préstamos que ellos sabían que no podrían devolver, según documentos judiciales.

Las autoridades suizas afirman tener pruebas de que Osorio y/o sus asociados escondieron el dinero en una cuenta en un banco suizo y, si pueden probar que el dinero fue obtenido de manera ilegal, las autoridades suizas podrían incautarlo, dijo David Garvin, abogado defensor y de asuntos de impuestos de Miami que no está vinculado al caso. "Ellos consideran que, a fin de cuentas, se recuperarán sumas monetarias que compensarán con mucho el riesgo de llevar a cabo esta pesquisa', dijo Garvin. "No está fuera de las posibilidades lógicas y razonables que, además de la recuperación monetaria, se declare culpables de delitos a personas en Suiza'.

Osorio reubicó CHS a Estados Unidos a mediados de la década de 1980, y la empresa creció rápidamente hasta convertirse en una compañía Fortune 500, creando operaciones en 46 países, contratando a unos 600 trabajadores y enlistando alrededor de 150,000 clientes. En la década de 1990, se jactaba de ser la mayor vendedora de computadoras en América Latina y Europa.

La revista Fortune calificó a la compañía de una de las más rentables del país, con ventas netas de $8,500 millones. En 1997, Osorio fue nombrado Empresario del Año por Ernst and Young, y World Trade Magazine lo llamó uno de los "20 Principales Visionarios de los Negocios' ese mismo año.

Gran parte de su crecimiento, sin embargo, fue posible a través de la adquisición de otras compañías, pagando a los propietarios una porción del precio de venta en efectivo por adelantado y el resto en acciones durante un período de àños. Pero su vertiginosa ascensión al triunfo dio un giro de 360 grados, víctima de las cambiantes fuerzas en la industria de las computadoras. Los fabricantes de computadoras cambiaron su política a las ventas directas, haciendo casi obsoletos a distribuidores "intermediarios' tales como CHS.

Para el 2000, enfrentando grandes pérdidas, Osorio renunció a la compañía. Tres años después, con sus problemas legales en ascenso y la compañía ya en bancarrota, Osorio y sus asociados llegaron a un acuerdo extrajudicial por fraude de seguros con la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos.