3 de febrero de 2011
La Opinion
WASHINGTON, D.C.— Elibeth Quijano llegó a Estados Unidos a los 15 años desde Perú. No hablaba inglés, ni tampoco tenía deseos de dejar la vida en su país para comenzar de nuevo en California. Hoy es una de las estudiantes del programa de enfermería de Santa Mónica College. Un área que el Departamento del Trabajo describe con "excelentes perspectivas laborales", así como ocurre con otras carreras que no resultan de la educación universitaria tradicional. El camino no ha sido fácil. Quijano se sentía atraída por la medicina, pero los costos asociados la hicieron desistir. "Decidí involucrarme en enfermería y luego continuar mis estudios desde ahí", explicó en un testimonial de Santa Mónica College. La decisión de esta joven hispana, la llevará a un campo que de acuerdo a proyecciones gubernamentales, tiene "un crecimiento mucho más rápido que el promedio" con 581,500 nuevos empleos. Esto sin contar con los miles de trabajos que quedarán vacantes una vez que las enfermeras experimentadas se retiren. Un nuevo reporte lanzado ayer por la Escuela de Postgrado en Educación de la Universidad de Harvard, estimó que carreras como éstas, dominarán el mercado laboral durante la próxima década, una realidad para la que -según el análisis- el país no está preparado. El documento titulado "Caminos a la prosperidad", resaltó que Estados Unidos se está enfocando demasiado en empujar a estudiantes a seguir carreras universitarias de cuatro años, cuando programas de dos años y certificados ocupacionales, podrían prepararlos mejor para el mercado laboral actual y del futuro. "El sistema estadounidense que forma a los jóvenes para vidas productivas y prósperas como adultos, está claramente roto", enfatizó el reporte. Actualmente, los grupos minoritarios son los más afectados. Sólo un 30% de los afro americanos y menos del 20% de los hispanos de 25 años han obtenido un certificado asociado o más alto. En familias con un ingreso de menos de 20 mil dólares anuales, sólo un 15% de los jóvenes latinos encuentra trabajo, en comparación al 30% de la población caucásica."La mayoría de los estudiantes que dejan la escuela, se sienten desconectados, porque no ven una asociación entre lo que están aprendiendo y lo que harán cuando trabajen", explicó Robert Schwartz, director académico de la Escuela de Postgrado en Educación de la Universidad de Harvard. El estudio detalló que la mayoría de los 47 millones de empleos que se crearán en el periodo que se extiende hasta 2018 requerirán educación postsecundaria. En este lapso, el reporte estimó que habrán 14 millones de trabajos nuevos y que cerca de la mitad de las posiciones para personas con educación postsecundaria, se destinarán a individuos con grados académicos de dos años o certificados ocupacionales. "La educación técnica es el hijo abandonado de la reforma educacional. Volver a imaginar esta área es imperativo. Medidas como los estándares comunes incorporan cambios, pero se necesita más", dijo ayer el secretario de educación, Arne Duncan. Entre las recomendaciones Harvard destacó la necesidad de incorporar programas de orientación laboral en las escuelas y profundizar alianzas entre el sector empresarial y programas de educación secundaria.