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  Por el libro
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31 de enero de 2011

Terra.com

El gobierno estadounidense le está pidiendo a la mitad de su población y a la industria alimentaria que disminuyan drásticamente la ingesta diaria de sal, como parte de nuevas guías nutricionales.

Por primera vez, el departamento de Agricultura y el de Servicios Humanos y de Salud, que emiten nuevas orientaciones cada cinco años, están recomendando una reducción en el consumo de sodio a un poco más de la mitad de una cucharilla, en particular a la población que tiene 51 años o más, a todos los afroamericanos y a cualquiera que sufra de hipertensión, diabetes o enfermedad renal crónica.

Estos grupos representan cerca de la mitad de la población y a quienes tienen más riesgo de padecer de presión arterial elevada debido a la ingesta de sodio. A todos los demás, el gobierno les sigue aconsejando una cucharilla de sal al día, equivalente a 2.300 miligramos, o cerca de un tercio menos de lo que consume una persona promedio.

El ataque contra la sal está principalmente dirigido hacia la industria alimentaria, de donde proviene la mayoría del sodio que la gente consume. El salero sobre la mesa no es la fuente de la mayor cantidad de sal consumida, sino alimentos como la pasta, el pollo o el pan.

Por mucho tiempo se ha sabido que el consumo excesivo de sodio aumenta el riesgo de padecer de presión arterial alta, apoplejías y otros problemas, pero reducir la cantidad de sal no será fácil.

El prestigioso Instituto de Medicina ha dicho que los consumidores podrían tardar años en acostumbrarse al sabor de una dieta baja en sal.

El secretario de Agricultura, Tom Vilsack, dijo que el gobierno está intentando ser realista a la hora de abordar a los grupos de alto riesgo.

"Creo que es importante que nosotros hagamos esto de una forma en la que no se genere una reacción negativa inmediata", dijo. "Si no logramos contener la epidemia de la obesidad, especialmente en nuestros niños, con el tiempo veremos un aumento significativo del gasto en atención médica".