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  Por el libro
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24 de enero de 2011

El Vocero

El ingeniero José F. Ortiz Vázquez, presidente ejecutivo de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA), tiene una "cruzada ambiental" en contra del consumo de agua embotellada porque agrava la situación precaria de los vertederos y la calidad del agua es incierta.

"Ha habido mucha aceptación en términos de utilizar el agua embotellada. Eso plantea un problema bien serio en todas partes del mundo, pero en Puerto Rico en particular aún más. En Puerto Rico 1,100 toneladas de basura son de plástico, mayormente de botellas que contenían agua. El consumidor tiene que modificar la manera en que se comporta ante esa realidad. Un problema que tiene la botella es lo que dura y es material que está tan reprocesado que no sirve para reciclar.

La inmensa mayoría de las botellas no tienen mucho valor de reciclaje", indicó Ortiz Vázquez.

El aumento en el consumo de agua embotellada podría interpretarse como una amenaza a los recaudos financieros de la AAA.

Sin embargo, el ingeniero sostuvo que "la mella es prácticamente ninguna porque, de todos modos, muchas embotelladoras usan agua de la pluma para embotellar y la Autoridad se las factura a ellos como tarifa comercial, sumado a que el agua que se utiliza para beber en los hogares es de menor cantidad".

En la Isla se generaron 245,600,000 de botellas de plástico en 2007, lo que equivale a alrededor de 470 botellas de agua que se convierten en basura cada minuto. La producción de las botellas "implica 138 mil de barriles de petróleo usados para producirlas. Este petróleo es suficiente para la gasolina de 800 carros al año", según datos de la Autoridad de Desperdicios Sólidos, citados por Ortiz Vázquez.

Comparó el gasto en que incurre el consumidor al comprar agua embotellada con el costo de la gasolina. "Si coges una botellita que cuesta a peso, te saldría $8 un galón de agua. El galón de gasolina está a $2.84 contra $8 el galón de agua cuando compras agua de la calle. El agua de la pluma vale medio centavo un galón", expuso.

La calidad del agua potable de la AAA siempre ha sido cuestionada por los consumidores, al igual que el agua embotellada. Ha existido la duda, ¿cuál de las dos es más confiable?

Ante esa interrogante, Ortiz Vázquez afirmó que el agua embotellada "es más cara y de calidad incierta. Yo no puedo decir si es de mala calidad; yo sí te puedo decir que es de calidad incierta".

Agregó que la AAA tiene que cumplir con los reglamentos de calidad de agua de la Administración Federal de Fármacos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) y con las reglamentaciones del Departamento de Salud. Aseguró que diariamente se hacen análisis bacteriológicos, se "monitorea" la fuente de donde se extrae el agua, el proceso que convierte el agua en potable y el sistema de distribución.

Irma López, subdirectora del Departamento de Cumplimiento y Control de Calidad, explicó que para hacer el monitoreo químico "se toma una muestra que se compone de 10 submuestras a un lote específico para que sea representativo del lote que se está produciendo y se lleva a cabo por los estándares de análisis establecidos por la EPA (Environmental Protection Agency). Un dato curioso es que los laboratorios que llevan a cabo esos análisis (en las compañías embotelladoras de agua) no tienen que estar certificados por el estado o por la EPA, contrario al agua de Acueductos que para yo hacer un análisis válido, el laboratorio tiene que pasar por una certificación de la EPA. Los que hacen el análisis al agua embotellada tras que se analiza con menos frecuencia que nosotros, sus laboratorios no tienen que ser necesariamente certificados".

En torno al sabor del agua de la AAA, Ortiz Vázquez especificó que depende de la fuente y de la zona de la Isla. Así mismo aclaró que cuando el agua se nota bien blanca, no es exceso de cloro, sino son burbujas de oxígeno que se concentran en la parte superior del vaso y luego se van disipando.

No obstante, recomendó que cuando la AAA reanuda el servicio luego de suspenderlo por cierto tiempo, el agua se debe hervir por cinco minutos porque "cuando arranca el proceso podría arrastrar parte del sedimento".

Decenas de ciudadanos prefieren colocar filtros al grifo o pluma y para el Presidente Ejecutivo, éstos no son malos, más bien, se les debe dar el mantenimiento apropiado porque sino podrían crear una colonia de bacterias. "Hay filtros de carbón que te remueven el cloro, pero si vas a guardar el agua, le estás quitando unas defensas.

Sabes que te va a durar menos tiempo. No puedes filtrar esa agua y guardarla por tres semanas. No tengo nada en contra del filtro; pienso que están demás".

Informó que en los últimos cuatro años, la AAA ha invertido $822 millones para mejorar la calidad del agua mediante el aumento de la capacidad de los sistemas de filtración, de sedimentación en las plantas y de los sistemas para añadir cloro.

"Alrededor del 50 por ciento de las embotelladoras usan agua de la pluma. Hay otras que usan agua de pozo. Normalmente lo que hacen es que le dan un tratamiento adicional, no para mejorar la calidad, sino para que se pueda mantener esa agua más tiempo en almacenaje. El agua de la pluma no es para almacenarse por largo tiempo", sostuvo Ortiz Vázquez.

López aseveró que ese porcentaje coincide con los Estados Unidos donde entre el 25 y 40 por ciento del agua embotellada también viene del agua de la pluma.

"Yo te diría que la mejor garantía de calidad de cualquier embotelladora privada es que use agua de la pluma y la embotelle", dijo el Ejecutivo, quien aclaró que aunque la AAA produce unas botellas de 16 onzas de agua no las mercadea comercialmente porque "no queremos contribuir al problema ambiental".

En la etiqueta de la botella, la AAA advierte que "el producto no es para la venta" y divulga que lo envasa Cristalia Premium Water y la fuente de agua es de la AAA en el barrio Coto Laurel en Ponce.