28 de diciembre de 2010
El Nuevo Herald
Alrededor de cien entidades bancarias que recibieron ayudas del gobierno estadounidense durante la crisis financiera corren el peligro de entrar en situación de quiebra, según un estudio elaborado y difundido el lunes por The Wall Street Journal. A partir de un análisis de los resultados financieros relativos al tercer trimestre de los bancos que recibieron fondos del plan de rescate --conocido como Programa de Alivio de Activos Depreciados o TARP en inglés--, el diario afirma que un total de 98 entidades se encuentran en condiciones ``delicadas' y la continuidad de sus negocios ``peligra'. Esos bancos reflejan ``erosión de sus niveles de capital, un cúmulo de préstamos de alto riesgo y advertencias de las entidades reguladoras', según el diario, que afirma que esas instituciones recibieron un total de $4,200 millones del programa de ayuda aprobado en el 2008 durante el mandato del presidente George W. Bush. Ese plan fue avalado por el Congreso de Estados Unidos para inyectar capital a las entidades financieras cuya solvencia estaba en peligro por su elevada acumulación de activos ``tóxicos', como las hipotecas de alto riesgo. La mayor parte del casi centenar de entidades que se encuentran en peligro de entrar en situación de quiebra son de tamaño reducido y están ``plagadas de préstamos caprichosos de los que puede que no se recuperen', según el diario. La media de inyecciones que esas entidades recibieron del Gobierno estadounidense fue de $10 millones cada una, mientras que su promedio de activos hacia septiembre de este año era de $439 millones cada una, detalla el rotativo. Todas ellas acumulan problemas como un ratio de recursos propios de calidad (Tier 1) inferior al 6% que se considera mínimo para un banco ``bien capitalizado', más del 10% de sus créditos son ``préstamos no productivos' (que acumulan varios meses de impagos) o las autoridades les han reclamado que aumenten su capital.