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  Por el libro
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24 de noviembre de 2010

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NUEVA YORK (Reuters Health) - La cantidad de niños pequeños que llegan a las salas de emergencias por exceso en el uso de remedios para la tos y el resfrío disminuyó a la mitad luego de que las empresas que los producen retiraran del mercado los fármacos para ese grupo etario.

Los médicos dicen que el estudio, publicado en la revista Pediatrics, demuestra que retirar los remedios de las farmacias dio el resultado esperado, pero que aún les queda mucho por hacer a los padres y la industria para proteger a los niños de terminar en la sala de emergencias.

"En general, esto es muy bueno", dijo el doctor Daniel Budnitz, autor principal del estudio, de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).

Pero, "la gente podría decir: 'Un minuto, si esos fármacos no se comercializan más, no debería haber una sola consulta de emergencia'".

A fines del 2007, los fabricantes de los remedios para la tos y el resfrío decidieron dejar de vender esos productos para los niños menores de 2 años. Desde entonces, el retiro se extendió al uso en menores de 4 años.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) recomendó en enero del 2008 que los padres no usen esos fármacos en menores de 2 años "porque pueden tener efectos secundarios graves y potencialmente fatales".

Antes del retiro inicial, "no existían datos sólidos de que los remedios para la tos y el resfrío dieran resultado en los niños, y a veces tienen efectos secundarios", dijo el doctor Eric Lavonas, director asociado del Centro de Envenenamiento y Drogas Rocky Mountain, en Denver, que no participó del estudio.

Los antihistamínicos y los descongestivos en algunas de esas medicinas pueden ser un problema cuando los niños toman una dosis mayor que la recomendada, explicó el doctor Michael Rieder, experto en esos fármacos y en sus efectos en niños de la University of Western Ontario, en Canadá.

El equipo de Budnitz analizó la cantidad de chicos atendidos en salas de emergencias por problemas asociados con el uso de medicamentos para la tos y el resfrío.

Con una muestra de 60 hospitales de Estados Unidos, estimó la cantidad de esos casos en el país antes y después del retiro de remedios.

En los 14 meses previos al retiro inicial, 2.800 menores de 2 años habían concurrido a una sala de emergencias tras recibir una medicina para la tos y el resfrío, comparado con unos 1.250 niños en los meses posteriores a esa medida. En los niños mayores, la cantidad de consultas de emergencia no varió significativamente.

A menudo, los niños que llegan a las salas de emergencias por problemas asociados con estos fármacos es porque tomaron demasiada cantidad mientras uno de los padres no lo observaba, pero a veces son los padres los que les dan a sus hijos una dosis muy alta por error.

La buena noticia es que los padres y la industria pueden solucionar esos dos problemas.

Los remedios para la tos y el resfrío que se producen para niños mayores y adultos deben estar diseñados para que los niños no puedan tomar por accidente una dosis peligrosa, dijo Lavonas. Además, las instrucciones en los frascos deberían ser más claras en cuanto a la dosis para los niños que pueden tomarlos.

Los padres, dijo Budnitz, deben recordar que no hay que administrarles remedios para la tos y el resfrío a los hijos menores de 4 años y asegurarse de que todos los fármacos en el hogar estén en un lugar alto y fuera del alcance de los niños.

Cuando los niños se enferman, Rieder recordó que los padres les pueden dar la dosis indicada de paracetamol, pero deben asegurarse de que sus hijos estén tranquilos y beban mucho líquido.