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  Por el libro
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13 de noviembre de 2010

El Nuevo Herald

La doctora Kathryn Wagner, cirujana especializada en cáncer de seno, colocó en su sala de espera una advertencia sobre un tipo diferente de riesgo para la salud de los pacientes: no tomará nuevos casos del Medicare si el Congreso autoriza una reducción en los pagos.

Los cortes programados --resultado de un sistema fallido lanzado hace años para controlar los costos-- ha hecho sonar las alarmas de que el Medicare pudiera resultar seriamente afectado si el Congreso, cuya composición cambiará muy pronto, se traba en un enfrentamiento partidista y no actúa para el 1 de diciembre, cuando una reducción de pagos inicial de 23 por ciento entraría en vigor.

Ni los demócratas ni los triunfantes republicanos desean los cortes súbitos, pero no hay consenso sobre cómo evitarlos. El debate sobre el enorme déficit complica las cosas, porque cada centavo que se paga a los médicos probablemente tenga de salir de reducciones en otros sectores. El resultado más probable pudiera ser una prórroga de varios meses a los recortes, pero eso no da seguridad a los médicos.

"Mi nivel de frustración está ahora en 9 o 10', dijo Wagner, médico de San Antonio. "Estoy extremadamente exhausta con estas amenazas anuales y semestrales de reducirme los pagos en cantidades significativas. No puedo presupuestarlo porque no tengo idea de cuánto dinero me va a entrar. La medicina es un negocio. La práctica privada de la medicina es un negocio'.

Los recortes no tienen nada que ver con la reforma de los servicios médicos del presidente Barack Obama. Son consecuencia de la ley de equilibrio presupuestario de los años 90 cuyas exigencias el Congreso ha pospuesto repetidas veces. Pero las reducciones no irán a ninguna parte; de hecho, serán mayores.

Los médicos han soportado la cancelaciones temporales durante años. Esta vez, los grupos del sector calculan que hasta dos terceras partes de los médicos dejarían de tomar nuevos pacientes del Medicare, lo que crearía caos en un sistema que presta servicios a 46 millones de personas mayores.

Los servicios médicos para los militares sus familias y los retirados también estarían en peligro porque los pagos del Tricare están vinculados a los del Medicare.

Gail Wilensky, ex administradora del Medicare y destacada republicana experta en políticas, dice que es mejor que los legisladores que regresan a Washington la próxima semana presten atención. ‘‘Sencillamente no podemos permitir que se reduzcan los pagos un 23 por ciento a los médicos y pensar que eso no va a afectar el acceso a los servicios de los beneficiarios', dijo Wilensky.

Pero entre los legisladores y el gobierno de Obama no hay acuerdo sobre cuánto tiempo demorar el cambio o si el costo --aproximadamente $1,000 millones por año-- debe agregarse al déficit o pagarse con reducciones de gastos en otras partes.

La prórroga más reciente, en junio, se pagó después de una batalla para encontrar alternativas aceptables tanto para los demócratas como los republicanos. La fecha límite expiró, creando una gran confusión en el sistema de reclamaciones del Medicare durante semanas.

¿Cómo fue que se llegó a este desastre?

Se acepta ampliamente que la forma en que el Medicare paga a los médicos no es correcto porque premia el volumen de servicios, no la calidad de los resultados. Pero no hay consenso sobre un mejor sistema.

Así que en los años 90 los legisladores crearon una fórmula de recortes con un sistema de frenos automático para mantener al Medicare funcionando a un ritmo de crecimiento sustentable.

Excepto que cada vez que los costos aumentaban se autorizaba pasar por encima del límite. Cancelar la fórmula ahora costaría más de $280,000 millones a lo largo de 10 años.

El Colegio Médico de Estados Unidos (AMA) ha solicitado una prórroga de 13 meses que le daría al Congreso tiempo para trabajar en un nuevo sistema de pagos; el gobierno apoya ese enfoque.

"El mejor paso que podemos dar para fortalecer el Medicare es asegurarnos que estos recortes no se implementen', dijo Kathleen Sebelius, secretaria federal de Salud y Servicios Humanos. "A final de cuentas vamos a necesitar una solución permanente... pero mientras tanto no queremos que ningún médico se quede en un vacío donde no sepa cuánto va a ganar cada semana'.

El AMA y Obama pudiera contentarse con agregar el costo al déficit. La mayoría de los republicanos y muchos demócratas conservadores quieren que se financie.

Asistentes del presidente de la Comisión de Finanzas del Senado, Max Baucus, demócrata por Montana, dicen que el legislador trabaja para lograr la mayor prórroga posible que cuente con los 60 votos necesarios para aprobar la medida en el Senado.

El verano pasado, cuando el Congreso no cumplió la fecha límite para aprobar una prórroga, Wagner tuvo que echar mano a su línea de crédito para pagar el sueldo de su personal. Los pacientes del Medicare son sólo una parte de todos sus enfermos, pero la cirujana dijo que las compañías privadas de seguro también atrasan los pagos hasta ver qué sucede. "Estuve un mes sin recibir pagos [de las aseguradoras privadas]', dijo.

Como médico, reconoce las graves consecuencias que acarrearía la decisión de no tomar más pacientes nuevos del Medicare. Las mujeres mayores tienen más probabilidades de tener tumores malignos que las más jóvenes. ‘Esos cánceres no esperan', dijo Wagner, quien dijo que seguirá tratando a los pacientes que ya tiene.

Pero cada vez está más cerca de romper con el Medicare.