29 de octubre de 2010
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( www.neomundo.com.ar ) Los consumidores tienden a comer en exceso grandes porciones de alimentos que muestran etiquetas con las porciones dibujadas en formato pequeño. Y "sienten" que no han comido demasiado, aún si conocen el tamaño real de la porción y su contenido nutritivo, según explicó una investigadora de la Universidad de Michigan. "Las etiquetas que describen como pequeñas las porciones que son en realidad más grandes permiten que los consumidores consuman más sin remordimientos, es decir lo que llamamos la glotonería sin culpa y esto puede afectar tanto el consumo real como el percibido", dijo Aradhna Krishna, profesora de la Cátedra Dwight F. Benson de Comercialización en la Escuela Ross de Empresas, de la UM. "Esto puede resultar en un consumo excesivo que no es intencional ni se relaciona con la información apropiada, lo cual puede tener, claramente, consecuencias negativas por razones de salud". LOS TAMAñOS SI IMPORTAN En una nueva investigación que se publicará en la revista Journal of Consumer Research, Krishna y su colega Nilufer Aydinoglu, de la Universidad Koc en Estambul, determinaron que las etiquetas que usan las compañías de alimentos para indicar el tamaño de las porciones (pequeña, mediana, grande, extra grande, etc.) pueden tener un impacto mayor en las apreciaciones que los consumidores hacen sobre el tamaño y en los comportamientos de compra y consumo. Investigaciones anteriores han mostrado que los consumidores tienen dificultades cuando procuran determinar el volumen de una comida con una inspección visual o por la sensación de saciedad, o cuando se les informa verbalmente el tamaño real de una porción de comida. Las etiquetas de tamaño, digamos pequeña y grande, puede dar a los consumidores ayudas fáciles de interpretar cuando hacen sus decisiones sobre el tamaño y también sobre el volumen apropiado de lo que van a comer y beber. Krishna y Aydinoglu llevaron a cabo una serie de cinco estudios con más de 600 participantes en Estados Unidos y en Europa. Encontraron que los consumidores perciben que las porciones grandes de comida son de tamaño pequeño o mediano cuando tienen etiquetas que así lo indican y, en consecuencia, comen más. Sus resultados también muestran que los consumidores son menos propensos a creer que una comida de tamaño pequeño, que tenga etiqueta que la describe como mediana o grande, esté de veras etiquetada correctamente. Es decir que las subestimaciones son más probables y aumentan en magnitud a medida que crece el tamaño de la comida, señalan las investigadoras. Por lo tanto las subestimaciones de las comidas grandes son mayores que las sobrestimaciones de las comidas pequeñas- Las investigadoras agregan, sin embargo, que hay influencias que moderan la "glotonería sin culpa". Por ejemplo los consumidores que prestan mucha atención a su nutrición son menos propensos a ceder a este efecto, al igual que las personas que han tenido el tiempo y los medios para considerar todas las fuentes de información y que dan mucha importancia a la precisión en sus rutinas diarias. Desafortunadamente a menudo éste no es el caso. "Se ha probado que los consumidores no están muy motivados para ser precisos en muchos comportamientos rutinarios que involucran artículos y bienes comprados frecuentemente", dijo Krishna. "En el contexto de la compra y el consumo de decenas de productos cada día, los consumidores pueden sentir que no es necesario y lleva demasiado tiempo la verificación de los tamaños de algunos productos individuales". Quizá sean necesarias leyes más estrictas sobre las etiquetas de tamaño y una vigilancia más atenta del uso que los fabricantes hacen de tales tarjetas, especialmente considerando los limitados recursos cognitivos disponibles para los consumidores en sus elecciones rutinarias de alimentos y sus comportamientos de consumo durante sus actividades cotidianas".