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  Por el libro
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26 de octubre de 2010

El Nuevo Herald

Si Rubén E. Rodríguez --postrado en una silla de ruedas-- buscaba clemencia durante la audiencia de sentencia el lunes por robarse más de 3,00 historias clínicas de pacientes del Hospital Jackson Memorial, estaba en el lugar equivocado.

La jueza federal de distrito Joan Lenard sentenció a Rodríguez a 11 años de prisión por sus actividades: vender historias clínicas robadas a abogados para que las usaran en reclamaciones por lesiones y le pagaran a Rodríguez cientos de miles de dólares.

La sentencia fue más del doble de lo que recomendaba el informe de un funcionario de probatoria.

Lenard dijo que a Rodríguez lo impulsó ``la avaricia'.

``Lo hizo para conseguir dinero con la miseria de víctimas vulnerables', dijo Lenard, quien también le impuso una multa de $100,000.

``Esta sentencia indica al acusado y a la comunidad de Miami que no teleraremos este tipo de conducta', dijo la jueza. ``Sencillamente no es aceptable'.

El abogado de Rodríguez, Philip Horowitz, había solicitado 6 años y el fiscal federal Ben Curtis 12.

Pero al final, la enorme cantidad de historias clínicas robadas por una empleado del Jackson a quien Rodríguez le pagó exigieron a Lenard imponer la sentencia más dura, dijo.

Rodríguez, que es diabético y sufre del corazón, es ``un hombre de 62 años con el cuerpo de una persona de 82', dijo Horowitz.

Rodríguez se declaró culpable en julio dos cargos de confabulación y robo de identidad con agravantes.

Según el informe del funcionario de probatoria, Rodríguez robó el nombre, dirección, número telefónico y diagnósticos médicos de 3,360 pacientes entre el el 2008 y el 2009.

El Jackson no tenía la cifra correspondiente al 2007.

En otros cargos relacionados, Rodríguez robó miles de historias clínicas más de una compañía nacional de servicios de ambulancia desde 1995, dijo Curtis.

Además, el año pasado le revocaron la fianza después que fue sorprendido tratando de influir sobre un testigo que declaraba ante un jurado deinstrucción.

Por su parte, Rodríguez se disculpó ante la jueza, el gobierno y otros, diciendo que estaba ``avergonzado y teníaremordimientos'.

Dijo que no sabía que lo que hacía era ilegal.

Curtis afirmó que las afirmaciones de Rodríguez fueron ``absolutamente ridículas'.

``Es preocupante no sólo para los abogados y los médicos, sino también pera toda la comunidad del sur de la Florida', afirmó. ``Es una mancha muy oscura'.

El fiscal dijo que la investigación continuará, sugiriendo que el FBI se concentrará en los abogados de Miami-Dade que pagaron cientos de miles de dólares a Rodríguez después de cobrar reclamaciones por lesiones a nombre de los pacientes.

La esposa de Rodríguez, María Victoria Suárez, de 52 años, supuestamente lo ayudó y en mayo estaba lista para declararse culpable.

Pero la jueza se negó a aceptar su declaración de culpabilidad por un cargo de confabulación, que se castiga con 5 años de prisión, alegando que el castigo no era proporcional al delito.

Suárez será sometida a juicio.

Rodríguez pagó a Rebecca García, técnica de ultrasonido del Jackson, para que robara las historias clínicas de los pacientes con el fin de obtener informaciónconfidencial.

Rodríguez conoció a García a través de su esposa, cosmetóloga que le realizaba tratamientos vasculares a García.

Rodríguez le pagó a García $1,000 mensuales por las historias clínicas de pacientes tratados por resbalones y caídas, accidentes automovilísticos, heridas de bala y de arma blanca.

Los pagos, por un total de $27,000, se hicieron entre diciembre del 2006 y febrero del 2009, según documentos judiciales.

Entonces Rodríguez llamaba a los pacientes para hacerles preguntas y referirlos a los abogados.

García, que fue despedida el año pasado del Jackson, cumple una sentencia de 10 meses deprisión.