29 de septiembre de 2010
La Opinion
WASHINGTON, D.C.- Una aguerrida batalla política se ha despertado en Washington a raíz de las nuevas regulaciones sobre préstamos estudiantiles, evaluadas por el Departamento de Educación. Una discusión donde los intereses de grupos minoritarios, como los hispanos, están en juego. Folletos en español con promesas de una nueva carrera profesional por delante, inundan los buzones de correo en el país. El ofrecimiento parece perfecto: facilidades de pago y un título universitario serio y útil. Millones de latinos han creído en esta promesa, en su mayoría, formulada por instituciones educacionales con fines de lucro. De acuerdo a cifras de la Asociación de Colegios Profesionales (CCA) 18% de los hispanos con títulos vinculado al rubro, se han educado en este tipo de programas. La Coalición para el éxito Educacional, indica además, que cerca de 1.2 millones de los estudiantes que se enlistan en estos cursos, corresponden a minorías. Educación tenía programado anunciar los detalles de una nueva regulación que afectaría la asistencia federal sobre esta área. La medida llamada regla de "empleo remunerado", penalizaría a los programas por graduar a estudiantes con altos índices de deuda y bajas tasas de reembolso de préstamos. ¿La razones? Prevenir abusos y malas prácticas por parte de ciertas entidades que no proveen suficiente información o que promocionan títulos que después no tienen utilidad, a la hora de encontrar empleo. "Mientras la mayoría de los colegios profesionales juegan un rol importante en entrenar a nuestra fuerzas de trabajo, algunos malos actores, están atiborrando a los estudiantes de deudas que no pueden pagar a cambios de títulos y certificados que no pueden usar",dijo el secretario de educación, Arne Duncan. Sin embargo, el gobierno decidió retrasar su publicación, la semana pasada, hasta principios del próximo año. No es para menos, el gobierno está enfrentando la oposición de grupos importantes. A mediados de este mes el reverendo Jesse Jackson, escribió una carta a Educación, enfatizando cómo los cambios impactarán a los estudiantes minoritarios. antonieta.cadiz@laopinion.com