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  Por el libro
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24 de septiembre de 2010

El Nuevo Herald

Los esfuerzos estatales para controlar el negocio de reventa de las propiedades de tiempo compartido (timeshares) subieron este mes y las agencias estatales de protección del consumidor informaron el jueves un alza notable de actividad: cuatro arrestos, $125,000 en multas, 137 órdenes de suspender y desistir, dos demandas y seis requerimientos judiciales, los que se agregan a 49 investigaciones en curso sobre estas compañías y nueve demandas activas.

Durante el año pasado, la industria ha caído bajo el ataque de los consumidores, quienes dicen que pagan anticipos debido a que les dicen que hay compradores en cola en espera por sus propiedades. Entonces la compañía incumple.

Raramente en tal escenario existe un verdadero comprador, dijo el Departamento de Agricultura y Servicios al Consumidor de la Florida, que regula el telemercadeo.

Durante visitas no anunciadas durante la semana pasada a 67 firmas de reventa de propiedades de tiempo compartido en el sur de la Florida, el Departamento encontró agentes de ventas sin licencia, empresas no registradas y dos trabajadores con solicitudes de arresto pendientes.

``Cuando uno se mete dentro de muchas de estas operaciones como acabamos de hacer, se ven demasiadas sin licencias, sin inscripción o sin responsabilidad de ningún tipo que simplemente tratan de obtener un dinero fácil a expensas del consumidor', dijo en un comunicado el comisionado de Agricultura, Charles Bronson.

La industria de reventa de timeshares ha generado este año más quejas con el procurador general de la Florida que cualquier otra. Las quejas son más de 8,500 hasta ahora.

Las empresas más recientemente demandadas son AOC Marketing en el condado Broward, que trabajaba bajo el nombre de U.S. Timeshare Management; y PFC Concepts en el condado Pinellas, que operaba como U.S. Vacations.

Las demandas, que intentan obligar a las compañías a devolverle el dinero a los clientes, dicen que las empresas engañaron a los consumidores al hacerles creer que había compradores listos para obtener los tiempos compartidos o les prometieron venderlos en un período dado de tiempo.

Al igual que el resto de la industria de bienes raíces, el mercado de tiempos compartidos ha sufrido durante la mala situación económica. Muchos dueños de tiempos compartidos no se pueden dar el lujo de tomarse unas vacaciones o mantener el pago de sus propiedades. Cuando escuchan que un comprador está listo para comprar su tiempo compartido, desean aprovechar la oportunidad.