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  Por el libro
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23 de septiembre de 2010

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Washington, 22 sep (EFE).- El "zar" antidrogas, Gil Kerlikowske, delineó hoy una serie de medidas para combatir el abuso en el consumo de recetas médicas, que calificó como "el problema de drogas de mayor crecimiento" en este país.

Durante un encuentro en el Congreso, el director de la Oficina de la Política Nacional para el Control de Drogas (ONDCP, en inglés) pidió la concertación de una respuesta federal integral para combatir el problema, dijo su oficina hoy en un comunicado.

Entre las medidas anunciadas por Kerlikowske figuran la ampliación de programas para recolectar medicinas vencidas, campañas de educación a la comunidad médica sobre el abuso de analgésicos, y al público en general sobre los peligros del mal uso o abuso de recetas médicas.

También se destaca el desmantelamiento de farmacias que operan de forma indebida en internet, y de clínicas que recetan analgésicos de forma no autorizada.

Según datos de la Administración sobre Abuso de Drogas y Servicios de Salud Mental (SAMHSA, en inglés), alrededor de 21,8 millones de estadounidenses mayores de 12 años usó drogas ilícitas en 2009, un aumento del nueve por ciento respecto a los 20,1 millones en 2008.

Según la ONDCP, es "particularmente alarmante" el aumento del uso de recetas médicas para fines no terapéuticos.

En 2009, alrededor de 5,3 millones de estadounidenses de 12 años de edad o mayores utilizaron recetas médicas de forma no autorizada, un incremento del 20 por ciento sobre el cálculo de 2002 de 4,4 millones de personas.

Así, el número de habitantes mayores de 12 años que usó drogas ilícitas o abusó de las recetas médicas aumentó del 8 por ciento de la población en 2008 a 8,7 por ciento en 2009, lo que supone el mayor nivel desde 2002, según la Encuesta Nacional sobre Uso de Drogas y Salud (NSDUH).

El lunes, la Dirección Estadounidense Antidrogas (DEA) anunció un programa piloto en todo el país para evitar el robo o abuso de las recetas médicas. El programa cuenta con la participación de las autoridades policiales locales, estatales y federales, y las agencias de salud pública.

El objetivo del programa, según la DEA, es que los hogares se deshagan de recetas médicas que ya no utilizan y que representan un riesgo a la seguridad o que pueden prestarse al abuso.

La DEA acudirá este sábado, de diez de la mañana a dos de la tarde hora local, a más de 3.400 sitios designados en todo el país para recoger las medicinas vencidas o que ya no son utilizadas.

Kerlikowske considera que programas como éste son una "herramienta indispensable para reducir la amenaza que la desviación y abuso de estas drogas representa para la salud pública".