22 de septiembre de 2010
El Nuevo Herald
A la industria de la construcción de viviendas le harán falta años para recuperarse de los excesos de su época de auge. A pesar del modesto incremento en la construcción el mes pasado, el ritmo de las edificaciones necesitaría al menos el doble para indicar un mercado saludable y contribuir al crecimiento de los empleos, según la mayoría de los economistas, quienes no prevén que esto ocurra hasta mediados de esta década. "La construcción de viviendas se mantiene a un nivel sorprendentemente débil", afirmó Paul Dales, economista nacional de Capital Economics. Los urbanizadores están compitiendo con millones de embargos hipotecarios y otras formas de propiedades abrumadas que no dan señales de disminuir. Y es poco probable que construyan más hasta que la situación no se estabilice y la demanda de nuevas viviendas aumente. Es cierto que la construcción de viviendas aumentó 10.5 por ciento en agosto, a una tasa anual ajustada estacionalmente de 598,000 unidades, indicó el Departamento de Comercio el martes. Sin embargo, eso se debe en lo fundamental a un aumento de 32 por ciento en la construcción de apartamentos, que son una parte inestable del mercado. La construcción de casas unifamiliares, que representó alrededor de 73 por ciento del mercado en agosto, creció sólo alrededor de 4 por ciento con respecto al mes anterior. Aunque la construcción general de casas ha aumentado 25 por ciento en comparación con su cota mínima de abril del 2009, todavía se mantiene 74 por ciento por debajo de su nivel más alto, en enero del 2006. La mayoría de los economistas coincide en que la construcción tiene que alcanzar al menos el doble de su nivel actual para que el mercado pueda considerarse fuerte: entre 1.2 millones y 1.5 millones de unidades al año. Dales no cree que esto ocurra al menos en tres o cuatro años. El sector está sufriendo las consecuencias de un auge masivo de la construcción, durante el cual se edificaron 2 millones de viviendas al año desde el 2004 hasta el 2006. Muchas de estas viviendas fueron compradas por especuladores, que después las revendieron, con frecuencia a personas que recibieron préstamos hipotecarios de alto riesgo y después no pudieron seguir pagando. Esos tiempos de auge insostenible no volverán. "Aquella demanda insostenible no se repetirá", afirmó Brad Hunter, economista jefe de Metrostudy, una firma que se dedica a la investigación y asesoría en materia de bienes raíces. El economista pronostica que la industria construirá este año 670,000 unidades. Hunter no espera que la industria llegue al millón anual hasta el 2012, y eso sólo si la economía no cae en una recesión. Normalmente la industria de la construcción de viviendas estimula la recuperación económica. Cada nueva construcción crea el equivalente de tres empleos por un año y genera alrededor de $90,000 en impuestos, según la Asociación Nacional de Constructores de Viviendas. Pero la vivienda ha estado en el centro de la crisis económica y no da señales de recuperarse rápidamente. Economistas de Bank of America-Merrill Lynch pronostican que los gastos en la construcción y la remodelación de viviendas disminuirán en el trimestre de julio a septiembre, lo que restará 0.7 puntos porcentuales a la actividad económica general. El sector ha mejorado en comparación con su cota mínima durante la recesión. La construcción de viviendas familiares ha aumentado en 11 por ciento desde enero del 2009. Pero se mantiene 78 por ciento por debajo de su punto más alto, en enero del 2006, antes de que el mercado de la vivienda se viniera abajo. Las solicitudes de permisos de construcción, una señal de actividad futura, aumentaron en cerca de 2 por ciento, para alcanzar un índice anual de 569,000. Pero los permisos de construcción de casas unifamiliares, sin embargo, disminuyeron en 1.2 por ciento hasta su punto más bajo desde abril del 2009. Estos permisos han disminuido durante cinco meses seguidos.