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  Por el libro
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6 de septiembre de 2010

El Nuevo Herald

Cuando las empresas comiencen a contratar libremente de nuevo, los aspirantes con calificaciones y estudios especializados tendrán suficientes oportunidades. Los otros enfrentarán una opción: aceptar un empleo de paga baja, o sencillamente no trabajar.

La creación de empleos probablemente se mantenga débil durante meses, quizás años. Pero una vez que las empresas comiencen a contratar en serio, algunos economistas esperan que esas plazas vayan fundamentalmente a dos categorías con aproximadamente la misma cantidad de personas.

* Profesionales de alto sueldo, como abogados, investigadores e ingenieros de informática.

* Empleos de menos calificación y sueldo, como asistentes de servicios médicos a domicilio y empleados de tiendas.

¿Y los que quedan en el medio? Sus perspectivas son aún peores. Los economistas pronostican menos plazas de supervisores de fábricas, empleados del Servicio de Correo y administradores de oficinas, de paga media.

Ese es un mensaje serio que los estadounidenses deben enfrentar en momentos que celebran el Día del Trabajo en momentos de alto desempleo, pocas contrataciones y una profunda baja en la seguridad laboral. No se espera que el país recobre hasta por lo menos el 2014, quizás más tarde, los 8.4 millones de empleos perdidos en la recesión. Millones de empleos en el sector de bienes raíces, por ejemplo, probablemente no se recuperen esta década.

El viernes el gobierno federal informó que la tasa de desempleo de agosto aumentó a 9.6 por ciento porque no se crearon suficientes empleos para absorber la cantidad de personas que buscan trabajo. El desempleo ha superado 9 por ciento durante 16 meses, el mayor período en casi 30 años.

La crisis es un reto para el presidente Barack Obama y los legisladores demócratas, cuyo control de la Cámara y el Senado parece cada vez más tenue debido al descontento entre los electores.

Pero incluso cuando el mercado laboral se recupere, mucha gente se quedará atrás. Esa amenaza se debe, en parte, al cambio de una economía de manufactura a una economía de servicios.

La paga futura en el sector de servicios variará entre mucho dinero y muy poco dinero. Al mismo tiempo, la cantidad de empleos de clase media en el sector de servicios se reducirá, según proyecciones del gobierno. Cualquier empleo que pueda automatizarse o enviarse al exterior probablemente impulse más la declinación.

El crecimiento del sector de servicios también pudiera magnificar la desigualdad de ingresos en el país, con más personas en los extremos, buenos ingresos o malos ingresos. Y el país no está educando a suficientes personas para empleos de alta calificación en el futuro, advierten los economistas.

"Habrá empleos', afirmó Lawrence Katz, economista de la Universidad de Harvard. ‘‘La gran interrogante es cuánto van a pagar y qué clase de nivel de vida le permitirán llevar a la gente. Esto será un tema clave para determinar el tamaño de la clase media del futuro'.

En un punto hay un consenso amplio: de los más de 8 millones de empleos perdidos en la recesión, en sectores como manufactura, bienes raíces y servicios financieros, muchos, quizás la mayoría, no se recuperarán.

En su lugar habrá más empleos en los servicios médicos, tecnología informática y análisis estadístico. Algunas de las nuevas plazas exigirán una alta calificación o estudios superiores. Otro no, pero no pagarán igual.

"Nuestra estructura ocupacional está bifurcada', indicó Richard Florida, profesor en la Universidad de Toronto. "Nos estamos convirtiendo en una nación dividida por el tipo de trabajo que hacemos'.

El gobierno pronostica que para el 2018 se habrán creado 15.3 millones de empleos netos. Si eso resulta cierto, el desempleo debe bajar a la norma histórica de 5 por ciento.

Casi todos los nuevos empleos serán en el sector de servicio, según el Departamento del Trabajo. Los 78 millones de personas nacidas en la explosión demográfica de la posguerra, los llamados baby boomers, necesitarán más servicios médicos a medida que envejecen, por ejemplo, lo que llevará a una mayor demanda de empleos en ese sector. Por otra parte, la innovaciones en alta tecnología y fuentes alternas de energía probablemente impulsen la demanda en empleos que todavía no existen.

Pero esas contrataciones no se crean lo suficientemente rápido para los 14.9 millones de desempleados en Estados Unidos. Tomando en cuenta los empleados a tiempo parcial que prefieren trabajar a tiempo completo, además de los desempleados que han dejado de buscar trabajo, el número de subempleados asciende a 26.2 millones.

La manufactura ha perdido 2 millones de empleos desde que comenzó la recesión. La construcción ha perdido 1.9 millones y los servicios financieros 651,000.

Pero el mayor golpe fue en los bienes raíces. Los empleos perdidos van desde trabajadores de la construcción hasta la fabricación de muebles, pasando por especialistas en crédito, evaluadores y suministradores de materiales. Moody's Analytics calcula que la pérdida de empleos vinculada a los problemas del sector inmobiliario es de 2.4 millones. Pero cuando se incluyen los bienes raíces comerciales, la cifra es significativamente mayor.

Además, es muy probable que la manufactura siga perdiendo empleos con el traslado de operaciones de baja especialización a otros países. Millones de personas que trabajan en esos empleos necesitarán encontrar trabajo en ocupaciones de mayor calificación o menor paga.

"El mayor temor es que el país sencillamente no está preparando a los trabajadores para aprender las destrezas que se necesitarán en el futuro', comentó Gautam Godhwani, presidente ejecutivo de SimplyHired.com, que le sigue la pista al mercado laboral.