30 de agosto de 2010
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Washington, 27 ago (EFE).- La reactivación económica de Estados Unidos se tornó más lenta en el segundo trimestre y creció sólo un 1,6 por ciento, si bien el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, aseguró hoy que persisten las condiciones para que el crecimiento tome un nuevo impulso en 2011. El Departamento de Comercio dio a conocer su revisión del cálculo del Producto Interior Bruto (PIB) del segundo trimestre, que inicialmente había marcado un ritmo de crecimiento anualizado del 2,4 por ciento. Tras semanas de incertidumbre sobre el impacto de la ralentización económica, el Gobierno constató que el crecimiento fue muy inferior, un 1,6 por ciento, aunque los analistas esperaban una cifra algo inferior. En el primer trimestre, el ritmo de crecimiento del PIB fue de un 3,7 por ciento anual. El Departamento de Comercio informó además que el índice de inflación sigue siendo bajo. Si se excluyen los precios de los alimentos y de la energía, la inflación subyacente en el segundo trimestre fue del 1,1 por ciento. En un discurso ante los jefes de los bancos centrales en un simposio en Jackson Hole (Wyoming), Bernake dijo que el banco central hará lo que sea necesario para alimentar la recuperación de la mayor economía del mundo. "Las políticas monetarias siguen siendo muy generosas y las condiciones financieras se han tornado más favorables para el crecimiento", afirmó. Indicó, además, que la Reserva Federal (Fed, por su sigla en inglés) no permitirá que la economía de Estados Unidos caiga en un período de deflación, si bien reconoció que "no existe un riesgo significativo" de que ocurra en estos momentos". "En particular, el Comité (de Mercado Abierto de la Fed, que fija la política monetaria) está listo para proporcionar un respaldo monetario adicional mediante medidas no convencionales si ello es necesario", dijo Bernanke. En concreto, se refirió a la posibilidad de que la Fed retome "la compra de activos a gran escala", como hizo en los primeros estadios de la crisis financiera. En general, Bernanke reconoció que EE.UU. ha entrado en un proceso de desaceleración, pero cree que en 2011 se reactivará el crecimiento. "En términos generales los datos indican que el ritmo de recuperación de la producción y el empleo en Estados Unidos es más lento que lo previsto por la mayoría de los miembros del Comité", añadió. Como parte de su estímulo a la economía la Reserva Federal ha mantenido la tasa de interés de referencia por debajo del 0,25 por ciento desde diciembre de 2008 y hoy Bernanke dijo que el banco central "tiene numerosas herramientas y estrategias para dar un estímulo adicional". Entre ellas mencionó la compra adicional de títulos de largo plazo, la reducción de la tasa de descuento (que la Reserva cobra a los bancos por sus depósitos) y un incremento en las metas de inflación que el Comité mantiene entre el uno y el dos por ciento. La preocupación por la pérdida de fuelle de EE.UU. la comparten muchos expertos, entre ellos el Premio Nobel de Economía, Paul Krugman, quien se quejó hoy de que los responsables de la política económica y financiera "se niegan a admitir la realidad". "La cuestión crucial es si el crecimiento es suficientemente rápido como para bajar la alta tasa de desempleo", escribió Krugman en el diario The New York Times. "Necesitamos una tasa de crecimiento del 2,5 por ciento para, apenas, impedir que el desempleo crezca". El índice nacional de desempleo se mantiene en el 9,5 por ciento de la fuerza laboral, aunque la economía acumula cuatro trimestres consecutivos de crecimiento. El informe del Departamento de Comercio indica que el déficit en el comercio exterior durante el segundo trimestre sustrajo 3,37 puntos porcentuales del crecimiento del PIB, el mayor detrimento desde que se llevan estos registros a partir de 1947. Entre abril y junio las importaciones estadounidenses aumentaron a una tasa anualizada del 32,4 por ciento, la más alta desde 1984. El informe del Gobierno muestra que en el segundo trimestre de este año las ganancias de las empresas, después del pago de impuestos, subieron un 25,5 por ciento. El Departamento de Comercio también indicó que el gasto de los consumidores, que en EE.UU. representan más de dos tercios del PIB, subió entre abril y junio a una tasa anualizada del dos por ciento, esto es cuatro décimas por encima del cálculo inicial.