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13 de agosto de 2010

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NUEVA YORK (Reuters Health) - Si bien podría estar tentado a ignorar en el supermercado esas etiquetas que dicen "hecho en instalaciones que procesa (algo a lo que es alérgico)", un nuevo estudio sugiere que los productos con esas etiquetas son los que más suelen estar contaminados con maní, leche o huevo.

"Nuestro estudio destaca la necesidad que tienen los consumidores alérgicos a ciertos alimentos a evitar los productos con etiquetas recordatorias y que tienen un riesgo pequeño, pero real", escribieron los autores del estudio publicado en Journal of Allergy and Clinical Immunology.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades estiman que el 2 por ciento de los adultos de Estados Unidos, y entre el 4 y el 8 por ciento de los niños sufren alergias alimentarias, que causan unas 150 muertes por año.

Las alergias varían en la gravedad de las reacciones: algunas personas tienen una urticaria leve o picazón en la lengua cuando comen algo con el alergeno, mientras que otras dejan de respirar y se desmayan.

Mientras que las empresas están obligadas a informar claramente en la lista de ingredientes del producto si éste contiene posibles alergenos, no existen normas especiales en cuanto a si deben incluir leyendas como, por ejemplo, "Puede contener restos de maní", en alimentos que no deberían incluir esos alergenos.

"Es algo así como una percepción personal sobre qué nivel de riesgo merece la advertencia. Ni siquiera se tomaría conciencia en algunas empresas", dijo la doctora Lara Ford, alergista de la Escuela de Medicina Mount Sinai.

El equipo de Ford analizó 401 alimentos de las góndolas del supermercado; desde mezclas horneadas hasta pastas.

En total, 228 alimentos tenían etiquetas para advertir a los consumidores de que podrían estar contaminados con maní, leche o huevo, mientras que otros alimentos similares no tenían etiquetas que incluyeran posibles alergenos.

El equipo analizó todos los productos para comprobar si estaban contaminados con alguno de los tres alergenos que cada uno podría contener.

El 5 por ciento de los alimentos con etiquetas de advertencia tenía rastros de alergenos, comparado con el 2 por ciento de los productos sin esas etiquetas. Cinco de 232 productos analizados estaban contaminados con maní; 10 de 193, con leche y 4 de 174, con huevos.

Los niveles de contaminación más altos registrados fueron 5,8 mg por porción para el maní; 7,3 mg por porción para la leche y 0,26 mg por porción para los huevos.

Dado que no existe información sobre qué nivel de restos de esos ingredientes son aptos para las personas alérgicas, el equipo desconocía la peligrosidad de los niveles identificados.

Los productos de las empresas más pequeñas tenían siete veces más posibilidades de estar contaminados con alergenos que los de compañías más grandes. Para Ford, los pequeños productores "estarían utilizando quizás los mismos equipos para producir distintos productos", lo que aumenta la probabilidad de contaminación.

Food Allergy Initiative, que recibe apoyo del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos, financió el estudio.