30 de julio de 2010
Primera Hora
Washington.- Agentes encubiertos ponen en evidencia el sistema de seguridad de emisión de pasaportes en Estados Unidos, al conseguir su pasaporte con documentación falsa, según un informe que publicó hoy, jueves, la Oficina de Supervisión del Gobierno (GAO). El agente Gregory Kutz, miembro de la GAO que participó en la investigación, testificó ante el Congreso para revelar los fallos detectados durante la tramitación de cinco de los siete pasaportes que lograron recibir utilizando información fraudulenta. En su testimonio Kutz señaló que una década después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, "el proceso de emisión del pasaporte continúa siendo vulnerable al fraude". Después de los ataques terroristas, el Gobierno estadounidense creó una nueva versión del tradicional pasaporte de papel a otra que incluye los datos biométricos para evitar el robo de identidad y el uso por parte de terroristas y criminales. El nuevo pasaporte incluye información característica del individuo encriptada en un minúsculo chip incrustado en la tapa del pasaporte. Este documento, que se convirtió en una identificación oficial de viaje en Estados Unidos en 2007, se presentó como la solución a los problemas del sistema de seguridad fronteriza. Sin embargo, años más tarde la organización ha descubierto que todavía es posible burlar la seguridad del Departamento de Estado que no encendió las luces rojas cuando presentaron una licencia de conducir falsa, ni cuando solicitaron un pasaporte con el nombre de una persona fallecida. Esta es la segunda vez que la oficina de Kutz logra burlar la seguridad de EE.UU., después de que en 2004 lograran cuatro pasaportes auténticos con documentación falsa. Las Agencias gubernamentales se comprometieron a reforzar sus sistemas para evitar episodios similares, pero dos años más tarde han logrado la misma hazaña. El portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley, señaló en su rueda de prensa diaria la dificultad que tiene esta oficina para verificar los documentos de todos los estados del país, ya que no existe un documento de identidad único, y subrayó los esfuerzos que se están haciendo para evitar estos errores. El senador demócrata Benjamin Cardin presentó un proyecto de ley en el subcomité de Justicia sobre Terrorismo y Seguridad Nacional para corregir algunos de los fallos detectados. Esta ley propone dar a los agentes de la Oficina de Asuntos Consulares del Departamento de Estado, que se encarga de revisar las peticiones de pasaporte, la autoridad legal que no han tenido hasta ahora para tener acceso a información federal confidencial, estatal y de otras bases de datos que pueda ayudarles a verificar las identidades e interceptar las peticiones fraudulentas. Por su parte, Brenda Sprague, subadjunta de la oficina estatal del servicio de pasaportes, señaló en una nota difundida por la organización "Center for Public Integrity" que se han hecho "mejoras significativas" desde la última investigación de la GAO pero que el error humano también es un factor a tener en cuenta. Sprague aseguró que su oficina está "dedicada a detectar y detener la emisión de pasaportes falsos". Sin embargo, aclara que, debido a la cantidad de pasaportes que tramitan ($13.5 millones en el año fiscal 2009) "un error humano y el volumen de documentos que producimos anualmente, siempre representan un reto para combatir el fraude en el proceso de emisión de pasaportes".