11 de julio de 2010
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(www.neomundo.com.ar) ¿Cuánto inciden los viajes en avión en la expansión del contagio del virus H1N1, causante de la nueva gripe, popularmente conocida como porcina? Mucho, aseguran investigadores de los Estados Unidos. El virus H1N1, o mejor dicho una nueva variante de este patógeno, es el causante de la gripe A (H1N1), que estalló en abril del 2009 en México, y que rápidamente se extendió hacia los Estados Unidos y Canadá. El 11 de junio de 2009, con alrededor de 30.000 casos registrados en 74 países, la Organización Mundial de la Salud (OMS) elevó esta enfermedad a la fase de alerta 6 de pandemia, debido a que el virus se había contagiado de una persona a otra en al menos dos países de una región, y originado brotes en al menos otra nación de una región diferente. Científicos de la Universidad de California utilizaron nuevas técnicas matemáticas del área del cálculo de riesgo de transmisión de microbios, con el objetivo de poder predecir el número de infecciones posibles en un vuelo que lleva a un único pasajero con el virus H1N1. La ecuación que usaron se llama Wells-Riley, una herramienta que hoy en día se aplica habitualmente para calcular la gravedad de los brotes causados por microbios patógenos que se expanden por el aire adentro de edificios o de otro tipo de ambientes cerrados. Encontramos que el número de infecciones que podrían ocurrir en un vuelo depende en gran medida de la ubicación del pasajero enfermo. La expansión es muy fuerte si esta persona se encuentra en la clase económica, pero es bastante menor si viaja en primera clase, explicó Sally Blower. La investigadora detalló que esto se debe a dos motivos. Por un lado, hay más personas en la clase económica. Por otro lado, desafortunadamente hay una probabilidad mucho mayor del 75% - de que una persona infectada esté ubicada en la sección económica. Blower subrayó que la duración del vuelo también tiene mucha influencia en el número de contagios, ya que las posibilidades de contraer el virus aumentan en proporción a las horas del viaje. Claramente, fue el viaje por avión, al transportar personas infectadas desde el epicentro en México a otras ubicaciones geográficas -agregó Brian Coburn, otro de los científicos que integra el equipo que realizó el trabajo-, algo que significativamente afectó la expansión del H1N1.