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  Por el libro
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5 de julio de 2010

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NUEVA YORK (Reuters) - Amma Holmes esperaba pagar la hipoteca de su casa de Tampa, Florida, en los próximos años. Pero en cambio, perdió su trabajo y sus dos hijos adultos se han vuelto a mudar con ella para ayudarla a pagar sus cuentas.

No es la única.

Por primera vez en generaciones, envejecer significa cargar con una mayor deuda hipotecaria y menos ahorros al jubilarse, gracias al derrumbe inmobiliario y el creciente desempleo entre quienes tienen más de 45 años.

La edad promedio de los prestatarios en busca de ayuda para evitar ejecuciones de CredAbility, una agencia nacional sin fines de lucro de asesoría en créditos con sede en Atlanta, aumentó a 48 de 46 el año pasado, desde 43 en el 2006.

Holmes, de 53 años, modificó su hipoteca a principios de año, reduciendo sus pagos mensuales a 375 dólares al mes. Pero perdió su trabajo en el Hospital General de Tampa y sus hijos se mudaron con ella para ayudarla a pagar la deuda.

"Mi casa habría estado pagada en el 2014", dijo, pero ahora después de la reestructuración la fecha es el 2036. "Me siento bien en cuanto al cambio, pero es como volver a empezar de nuevo", agregó.

Holmes originalmente compró su casa en 1993. Pero la refinanció a una hipoteca de tasa ajustable en el 2006 y luego se encontró en problemas para realizar los pagos cuando en su trabajo le redujeron su carga horaria.

Con la reducción salarial, "me atrasaba permanentemente por el nivel de mi ingreso. No tenía mucho que pagar", dijo Holmes, quien está buscando un nuevo puesto en el hospital donde trabajó durante más de 20 años.

Los propietarios de casas de más edad conforman una porción en rápido crecimiento de los prestamistas afligidos, pero tienen menos años para recuperar el capital inmobiliario en decadencia y dificultades para reemplazar los ingresos perdidos.

El desempleo está cerca de niveles récord entre personas de 45 años o más, justo cuando llegan a la edad de mayores ingresos. Las fuertes pérdidas de empleo y las crisis en los mercados financieros han disuelto las cuentas jubilatorias, aumentaron los costos médicos y sofocaron el gasto.

"Alguien de esta edad espera que su casa esté pagada para el momento en el que se jubila, pero están en una situación exactamente opuesta: el riesgo de perder esa casa en la que han puesto años y tal vez décadas de pagos responsables", dijo Gail Cunningham, portavoz de la Fundación Nacional de Asesoría en Créditos en Silver Spring, en Maryland.

EL LADO OSCURO DEL AUGE

La proporción de propietarios de mayor edad con hipotecas creció durante los años de auge, cuando obtener préstamos era mucho más fácil y comprar segundas casas o capitalizar el valor de una propiedad era la norma.

Para el 2007, en las primeras etapas de la peor debacle inmobiliaria desde la Gran Depresión, un 53 por ciento de las casas con propietarios de 50 años o más estaban hipotecada, respecto del 34 por ciento de dos décadas antes, dijo el AARP, citando datos de la Universidad de Harvard.

Y más de esas personas están sin trabajo o tienen más deudas. Los trabajadores de mayor edad tienen salarios más altos y a menudo acumulan deudas con sus tarjetas de crédito mientras tratan de hallar un empleo acorde a su experiencia.

Los ingresos semanales promedio fueron más altos para los trabajadores de entre 55 y 64 años, seguidos de los de 45 a 54, según datos trimestrales de la Oficina federal de Estadísticas Laborales.

Pero el desempleo en esos grupos etáreos está en niveles inéditos desde el período de posguerra: un 7,7 por ciento para el grupo de 45 a 54 años, poco menos del récord del 8 por ciento en diciembre último, y un 7,1 por ciento para trabajadores de 55 años y más, un pelo por debajo del récord de diciembre pasado de 7,2 por ciento.

EMPEZAR DE NUEVO

Por primera vez, los bajos ingresos debido al desempleo y al subempleo fueron los principales impulsores de la asesoría en créditos el año pasado, dijo Cunningham.

"Antes de eso, la razón principal siempre había sido la mala gestión financiera", indicó.

El año pasado aproximadamente un cuarto de los 4 millones de consumidores que NCFF asesoró buscaron ayuda por problemas hipotecarios. Más de la mitad de esos prestamistas tenía 45 años o más.

Los planes jubilatorios están interrumpidos, ya que muchos de los prestamistas mayores buscan trabajos de tiempo completo o parcial para complementar sus ingresos.

Dado que muchos están "recibiendo un duro golpe tanto en el valor de sus hogares como en sus ahorros jubilatorios, estamos viendo que mucha gente sale de la clase media", dijo David Certner, director de política legislativa de AARP.

La caída de los precios de los bienes raíces en un promedio del 30 por ciento respecto de los máximos del 2006 también diezmó el capital de muchos prestamistas, cerrando otra fuente de fondos para gastar e imposibilitando la refinanciación.

"No está el dinero y el capital disponible para realizar las renovaciones y mejoras u otros gastos de consumo", dijo John Taylor, presidente y director ejecutivo de National Community Reinvestment Coalition en Washington.

Hacer que la prevención de ejecuciones sea obligatoria para los prestatarios es clave para estabilizar los precios de las viviendas, ayudar a los propietarios más ancianos y fomentar el crecimiento económico futuro, declaró.

Craig Thomas, alto economista de PNC Financial Services Group en Pittsburgh, dijo que aunque la crisis financiera se detuvo en algunos mercados inmobiliarios, otros con altas concentraciones de propietarios de avanzada edad, como Florida o la parte norte del medio oeste, aún están en problemas.