Inicio  








  Por el libro
Bookmark & Share

28 de junio de 2010

El Nuevo Dia

Amás de siete meses de su aprobación, el impacto que han tenido las enmiendas a la Ley de Cierre levanta más interrogantes que certezas.

Tras su entrada en vigor, aún es incierto si realmente se ha logrado la activación del sector comercial prometida por los sectores que abogaron por aprobar las enmiendas. Tampoco se han creado los cerca de 25,000 empleos que auguraba en el 2009 el liderado de la Cámara de Mercadeo, Industria y Distribución de Alimentos cuando se discutía la medida en la Legislatura.

De lo que no cabe duda, es que las prometidas bondades de la Ley para Regular las Operaciones de Establecimientos Comerciales mantienen encontradas a las megatiendas y los pequeños y medianos comercios, e incluso a algunos consumidores que entienden que la extensión de sólo una o dos horas en la operación de las tiendas los domingos no llenó sus expectativas.

"Deberían cerrar a las 10:00 o a las 12:00 (de la noche) o no cerrar nunca. Deben permanecer abiertos, habría más trabajo, más empleados. Eso beneficia al consumidor y al desempleado y al comerciante", manifestó Ramón Pérez, de 74 años, mientras descansaba en el área de la fuente de Plaza Las Américas, lugar que, según dijo, visita a diario.

Igual reclamo hizo Edwin Santos, de 34 años, a quien le complace tener ahora más horas para comprar los domingos, pero preferiría tener aún más.

"Mientras más tiempo, mejor... Por mí, (que permanezcan abiertas) hasta que amanezca. No tendría un problema con eso", sostuvo.

Pedro Malavé, presidente del Centro Unido de Detallistas (CUD), expresa su insatisfacción con la ley de otra manera.

"En realidad, no se logró lo que se quería... La realidad es que no hay más venta, no hay más empleo, pero sí menos dinero en el bolsillo de las personas, lo que genera unas disminuciones en el poder adquisitivo", afirmó.

Malavé se refirió a la reducción del salario de los empleados que laboran los domingos, a quienes se les eliminó la paga doble -equivalente a un mínimo de $14.50- y se les redujo a $11.25 la hora.

Según el líder del CUD- entidad que siempre se opuso a la aprobación de las enmiendas- esa disminución tiene un efecto nocivo en la economía, ya que deja a esos trabajadores -que a su vez son consumidores- con menos dinero para gastar.

"Una hora o dos fue el saldo para bajarle el salario a 104,000 personas. Usted va a las 5:00 de la tarde (los domingos) y ve las tiendas vacías. Lo único que se logró fue en detrimento de los consumidores", argumentó en alusión a los trabajadores del sector comercial a quienes se les redujo el salario dominical.

En ascenso el desempleo

Según estadísticas del Departamento del Trabajo y Recursos Humanos, la cifra de personas desempleadas para el mes de mayo fue de 219,000, y la tasa de desempleo ascendió 16.8%, comparado con una tasa de 14.3% durante ese mismo mes el año pasado.

Quienes se oponen a las enmiendas de le Ley de Cierre, argumentan que ese aumento en el desempleo es otra evidencia de que las enmiendas no lograron su cometido.

Pero quienes apoyan la legislación podrían utilizar a su favor que el volumen de ventas al detalle en marzo de este año fue de $2,429 millones, $46 millones o 1.9% más que en marzo de 2009, de acuerdo a estadísticas de la Junta de Planificación (JP). Estas cifras no incluyen las ventas de automóviles ni gasolina, que no están sujetas a las disposiciones de la Ley de Cierre.

Sin embargo, esos números no incorporan el efecto inflacionario. Según estadísticas del Banco Gubernamental de Fomento, la tasa de crecimiento de precios más baja en lo que va de año fiscal es de 2.4%.

"La inflación está por encima (del crecimiento en ventas al detalle). Eso significa que ese crecimiento es de un aumento en los precios fundamentalmente", explicó el economista José Alameda al destacar que el aumento en ventas al detal responde más a que los productos están más caros y no necesariamente que se están vendiendo más volumen.

El CUD presentó recientemente los hallazgos de una encuesta realizada entre 180 de sus asociados sobre el saldo de los primeros seis meses de vigencia de la Ley de Cierre enmendada.

El estudio reflejó que el 83% de los encuestados había reportado bajas en sus ventas desde noviembre, cuando se aprobaron los cambios en el estatuto.

Ante ese panorama, el 40% de los comercios consultados tuvo que prescindir de personal, mientras que 37% le redujo entre uno y tres días de trabajo a cada uno de sus empleados.

Según ese análisis, durante los primeros seis meses de vigencia de la ley se perdieron cerca de 370 empleos.

Aunque el CUD no ha revisado sus números, Malavé afirmó que "la tendencia es la misma" hoy día.

Las bondades de la Ley

Jorge Galliano, presidente de la Cámara de Comercio, piensa totalmente diferente. Para él, son los consumidores quienes han ganado con las enmiendas aprobadas.

"La derogación parcial de la Ley de Cierre ha sido una conquista del consumidor... que al fin y al cabo es a quien el comercio y las empresas tienen que servir", comentó.

Galliano, propietario de la cadena de tiendas Gatsby, resaltó que la nueva ley da mayor flexibilidad a los ciudadanos para que acudan a las tiendas cuando más les convenga.

Asimismo, opinó que la eliminación de la paga doble los domingos ha permitido que algunos comercios continúen operando en horario extendido pues les resulta menos oneroso mantener a sus empleados ofreciendo sus servicios.

El Presidente de la Cámara de Comercio destacó que cerca del 80% de la matrícula de esa organización la componen pequeñas y medianas empresas (PYMES), y reconoció que alrededor de dos terceras partes de los empleos nuevos serán creados por ese sector comercial.

Sin embargo, señaló que si la situación para las PYMES no ha mejorado no es porque la Ley de Cierre no haya sido efectiva, sino porque estos comercios no se han insertado en el emergente mercado global.

"Desconocer la realidad de un mundo globalizado y los estándares globales es lo que más daño crea en nuestros comerciantes y también el costo de hacer negocio en Puerto Rico", sostuvo.

Sin embargo, Galliano admitió que los cambios a la Ley de Cierre nunca debieron concebirse como una panacea a los problemas económicos por los que atraviesa la Isla hace años.

"No creo que pudiera pensarse de ninguna manera que la Ley de Cierre era suficiente para transformar todos los problemas estructurales económicos que tiene Puerto Rico. Es un error total pensarlo desde ese ángulo, son un sinnúmero de diferentes condiciones que se tienen que dar para que la economía prospere", afirmó el empresario.

Por su parte, el economista José Joaquín Villamil indicó que desde un principio había que quitarse de la mente la idea de que los cambios a la Ley de Cierre crearían más empleos y aumentarían la competitividad de los comercios.

"Cualquier persona que supiera algo de cómo funciona la economía tenía que saber que enmendar la Ley de Cierre no iba a crear más empleo y que el efecto en la competitividad era mínimo", apuntó.

Villamil dijo favorecer la eliminación de esta ley, pero recalcó que resulta un problema someter este tipo de enmiendas de mayor apertura en los horarios en momentos en que la economía no está creciendo.

Explicó que, al ser una economía de un crecimiento ínfimo -alrededor de .4% para el próximo año fiscal, según proyecciones de la JP- no se generan más ventas sino que se redistribuyen esas transacciones en el nuevo horario de apertura de las tiendas.

"En la medida en que ciertos comercios se benefician de más horas de estar abiertos, pues aumentan sus ganancias, lo que pasa es que le quitan sus ganancias a otros porque no hay más negocio, el negocio es el mismo", enfatizó.

Walmart es la única empresa que ha aprovechado la flexibilidad que da la nueva ley para mantener dos de sus establecimientos en Caguas y Carolina operando las 24 horas del día, excepto los domingos, que según la ley, deben cerrar de 5:00 a 11:00 a.m.

Sin ofrecer cifras sobre el volumen de ventas, Bruni Torres, gerente de asuntos corporativos de la compañía en la Isla, indicó que ambos proyectos comenzaron como piloto y "han ido bien", por lo que las tiendas han permanecido abiertas.

Sin embargo, la mayoría de las megatiendas y tiendas por departamento han ampliado su horario de operaciones sólo hasta las 7:00 p.m. los domingos.

Una vendedora en Plaza Las Américas entrevistada por Negocios incluso comentó que esas dos horas adicionales eran "una pérdida de tiempo" para los empleados ante el escaso público que acudía al lugar. En otro negocio, una dependiente que tampoco quiso revelar su identidad dijo que la principal diferencia era que, desde que se extendió el horario, los consumidores en lugar de llegar a las 11:00 a.m., llegan a las 2:00 p.m.

Es poco o casi inexistente el consenso en torno al efecto real de las enmiendas a la Ley de Cierre.

El economista Alameda planteó que el principal problema es que nunca se han definido los criterios que se utilizarán para medir el éxito o fracaso del estatuto.

"A priori, antes de uno decir y evaluar, hay que decidir qué criterio voy a usar para evaluar. Si no, no hay objetividad" , aseveró Alameda.