24 de junio de 2010
El Vocero
Parece que ha llegado el momento de entonar el "mea culpa". Si hace unas semanas era el turno del regulador. Esta vez ha sido la banca. O al menos de uno de ellos. Jorge Junquera, principal oficial financiero de Popular, Inc., quien en un discurso ante la Asociación de Analistas Financieros, en el que hacía balance de la situación del banco, dijo: "no hay duda de que se nos fue la mano a todos". Se refería a los excesos cometidos en el mercado de vivienda por desarrolladores, tasadores, bancos y reguladores. "Se le quiere atribuir el colapso a la banca, pero todos tuvimos la culpa", aunque a juicio de Junquera, unos son más culpables que otros. Había la percepción de que los precios iban a seguir subiendo para siempre. "Pero es no era sostenible". Y ese sentimiento provocó que se construyera más vivienda de lo que el país era capaz de absorber. "Nos tomará 6 años en liquidar ese inventario". Habrá que echar mano de la creatividad para reducirlo, dice Junquera. Ya tenemos algunos ejemplos de esa creatividad. Se ofrecen propiedades en alquiler con opción a compra y los pagos del alquiler se acreditan a la compra, cuyo precio final puede bajar al cierre de la transacción. Se van a necesitar otras muestras de creatividad para vender las propiedades. Ahora los precios de las viviendas han bajado, "pero ha sido de forma gradual". Junquera anticipa que los precios deben bajar al nivel de la demanda efectiva. ¿Cuánto sería eso? "Para que los precios de las propiedades no sigan bajando la economía tiene que rebotar y empezar a que se cumplan los pronósticos de la Junta de Planificación de un crecimiento de 0.4% en el 2012". La caída de los precios de las propiedades va a provocar más pérdidas para los bancos y que "algunos desarrolladores entren en situación más seria, algo que va a pasar en próximos trimestres". Junquera aclara que "lo último que queremos es ejecutar una propiedad, pero hay momentos en que el negocio no es salvable". Tiempos interesantes En Popular, se han vivido tiempos interesantes en los últimos años. Cuando revienta la burbuja inmobiliaria en Estados Unidos "nos cogió en una posición que teníamos mucha exposición en ese mercado. Habíamos llevado a cabo una expansión ambiciosa y muchos de esos activos tenían que ver con el mercado de bienes raíces y mucho con el mercado ‘subprime". Las pérdidas fueron cuantiosas, lo que "nos obligó a repensar nuestra estrategia en Estados Unidos". A pesar de que la operación de Puerto Rico subsidiaba las operaciones en Estados Unidos, fue necesario ir al mercado a obtener más capital, lo que diluyó a los accionistas. En Puerto Rico, el problema vino de los préstamos no productivos, que han estado aumentando desde el 2005. La tasa de morosidad se elevó desde el 2% al 10% actual. "Es un problema serio. Los clientes no pueden pagar sus préstamos". El problema de delincuencia se ha visto en todas las carteras de préstamos, pero las carteras de construcción son las que peor están. Ahí la tasa de morosidad se dispara hasta el 50%. Eso provoca pérdidas a los bancos. Junquera explica que para tener una ganancia razonable, un banco debe ganar de 1 a 2 centavos por cada dólar que presta. Para mantener ese nivel, la pérdida de realizar un préstamo no debe exceder el 1%. En los peores momentos llegó a estar en 5%. Aunque en todo momento Popular disfrutó de un nivel adecuado de capital, tuvo que salir al mercado a buscar más. Lo hizo en el 2008 con una emisión de $400 millones de acciones preferidas y el préstamo TARP de $935 millones. El ejecutivo destacó que el banco no podrá pagar intereses hasta que pague ese préstamo. Además, este año colocaron $1,150 millones en acciones. Todo esto ha tenido un costo enorme para los accionistas, reconoce Junquera, que habla de que las acciones se han diluido un 70%, pero asegura que "la posición de capital es más saludable que en el 2005", lo que les ayudará a mejorar la rentabilidad. "Lo que hemos hecho es reemplazar el capital perdido". Ahora, Popular tiene un nivel de capital que supera al del 2005, cuando comenzaron los problemas, "y eso nos permitió que nos dejaran participar en el proceso de subasta en la consolidación del sistema financiero". Junquera asegura que Popular está "sólido en capital y liquidez y listo para continuar aportando al desarrollo económico de Puerto Rico". Pero también asegura que "nos falta un poco más por caminar". Del crecimiento a la rentabilidad En Estados Unidos se ha cambiado la estratega de crecimiento "agresiva" de mediados de los 90, que buscaba crecer en los mercados donde viven los latinos. "Fue un error, porque no existe tal cosa como un nicho de mercado para los latinos. No en la industria financiera". Ahora la estrategia es la rentabilidad. "Lo importante es ser rentables, no importa el tamaño. Nos hemos salido de las líneas de negocios que nos metieron en problemas". El negocio en Estados Unido se ha reducido a la mitad y "estamos tratando de operar lo que podamos desde Puerto Rico. Operando como siempre hemos operado en las Islas Vírgenes". En Puerto Rico, el problema es el crédito. Los altos niveles de morosidad en las carteras de préstamos sugieren que es inevitable que se ejecuten proyectos. "Quien menos quieren que eso pase son las mismas instituciones" porque "nos hacemos daño a nosotros mismos". En una Isla tan pequeña "si no nos movemos de forma ordenada para liquidar los préstamos o tratar de salvarlo, siempre tendremos otro proyecto cerca que se verá afectado". Por eso era importante que en la subasta de los tres bancos intervenidos en abril participaran bancos "que tienen algo que perder". Estabilización con matices Sobre la economía, el ejecutivo de Popular, dice que la situación se está empezando a normalizar. Pero no es el caso del mercado de vivienda, con un alto nivel de inventario y ventas muy lentas. Se ha pasado de vender 15,000 unidades anales en la época dorada del sector a las actuales 3,000. Hay 10,000 viviendas a la venta y otras 10,000 en proceso de construcción. "La caída del mercado de bienes raíces nos cogió fuera de base y hemos tenido pérdidas cuantiosas. Eso nos ha obligado a repensar cómo hacer negocios". "Después de una época de crecimiento muy buena y de muchos excesos nos estamos contrayendo" y puede ser un proceso de contracción permanente. Solucionar el problema del exceso de inventario y de la morosidad en la construcción va a ser trabajo de todos. "El país va a tener que trabajar para solucionarlo. Es un ancla que está ahí agarrando el barco para que no pueda coger velocidad". Junquera no cree que podamos regresar a crecimientos de entre 3% y 5% en la actividad económica hasta que no se resuelvan los problemas fiscales del Gobierno. Cree que se están dado los pasos correctos y haciendo todo lo que es posible, pero le falta. "Hay que llegar a un consenso como país".