10 de junio de 2010
El Nuevo Herald
El abogado Scott Rothstein, acusado de haber perpetrado una de las estafas más extraordinarias realizadas en toda la Florida, fue sentenciado a 50 años de cárcel el miércoles después de una audiencia en una corte federal en Fort Lauderdale. El juez de Distrito James Cohn, un oriundo de Alabama que fue nombrado por el presidente George W. Bush, presidió el tribunal y condenó al abogado caído en desgracia a una pena más de la que la fiscalía había solicitado por su participación en el desfalco financiero más grande jamás hecho en el sur de la Florida. "Siento sincera y profundamente lo que hice", dijo Rothstein, cadenas en los tobillos y las muñecas, dirigiéndose a la corte. "No espero recibir perdón de ustedes". Rothstein pidió disculpas a los inversionistas que les robó dinero, a los colegas de su bufete de abogados, a los clientes de su firma, al sistema judicial, a sus colegas abogados, y las organizaciones de caridad. Hallado culpable de un desfalco monumental de $1,200 millones, Rothstein dijo que no se merecía más de 30 años de prisión, colaboró con los federales y participó en un operativo realizado por el Buró Federal de Investigaciones (FBI) que arrestó a una notoria figura de la mafia italiana. Sin embargo la fiscalía federal, si bien reconoció su cooperación, no estaba dispuesta a ser tan generosa. La fiscalía buscaba que Rothstein, de 47 años, que se espera entre en un programa de protección federal a testigos, cumpliera 40 años tras las rejas. Algunas de sus víctimas confiaban en una condena mayor, toda vez que para ellas Rothstein no era un simple ladrón, sino un villano implacable. "Tenemos la esperanza es que Rothstein no salga nunca más a la calle", dijo Chuck Malkus, jefe de la firma de relaciones públicas que trabaja con varias organizaciones caritativas de Broward a las que Rothstein estafó. "Todos queremos que este sujeto sea condenado a cadena perpetua. Cien años sería una sentencia apropiada". Rothstein pasará a la hiostoria del sur de la Florida como el hombre que destruyó su propia firma de 70 abogados, Rothstein Rosenfeldt Adler, y la usó para subir en la escala social como una destacada figura en medio de acaudalados inversionistas, personalidades, empresarios de moda e importantes políticos, entre ellos el propio gobernador de la Florida, Charlie Crist. El ficticio imperio financiero de Rothstein se vino abajo durante el fin de semana de Halloween cuando docenas de inversionistas comenzaron a pedir los millones de dólares que habían invertido en sus "acuerdos confidenciales' de casos de discriminación laboral y acoso sexual. Rothstein, nacido en una familia de clase trabajadora en Bronx, Nueva York, se había ido a Marruecos en un avión fletado con la cifra de $16 millones. La semana pasada, le escribió al juez una carta de 12 páginas donde le decía que había contemplado el suicidio, pero se detuvo de hacerlo porque "hubiera sido un acto final de egoísmo". "Por primera vez en cinco años, actué de forma completamente honesta sobre lo que hice y quién era yo", le escribió al juez Cohn. "Desde que decidí regresar a casa, sabiendo que en realidad nunca más iría a mi casa, he hecho todo lo que está en mi poder para reparar el terrible alcance de mis delitos". El controversial problema de la devolución de dinero a las víctimas de Rothstein no quedó solucionado el miércoles, ya que las autoridades todavía están tratando de dilucidar la cantidad de dinero que hay que distribuir, así como a quién corresponde.