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  Por el libro
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8 de junio de 2010

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Londres, 8 jun (EFE).- El precio del cereal caerá a lo largo de la próxima década por la entrada en el mercado de nuevos productores mundiales, después de que los precios alcanzaran máximos entre 2007 y 2008 y se diera paso a la especulación con estos productos.

Esta ha sido la principal conclusión extraída de la XXXII Conferencia del Grano celebrada hoy en Londres, que en esta edición ha analizado las perspectivas del mercado del cereal -trigo, maíz, soja y arroz- para la segunda década del nuevo milenio.

El director de la Corporación de Desarrollo e Investigación del Grano, Peter Reading, explicó que el alza de los precios de hace dos años coincidió con un brusco incremento de los costes de producción, especialmente de los fertilizantes y del combustible, por lo que el encarecimiento de los precios no se tradujo en mayores beneficios para los agricultores.

Sin embargo, en la actualidad -puntualizó Reading- "han mejorado las condiciones del mercado y han entrado nuevos productores que van ganando cada vez más peso en el contexto global", como los países de la antigua URSS, región que hace una década representaba el 2 por ciento de la producción mundial de trigo y ahora ya alcanza el 22 por ciento.

Rusia, Ucrania y Kazajistán acaparan el 29 por ciento de las exportaciones mundiales de trigo, frente al 8 por ciento del periodo 2003/04, lo que "da muestra de la creciente competitividad del sector", señaló el director del Consejo Internacional de Grano (ICG, por sus siglas en inglés), Etsuo Kitahara.

En cuanto al maíz, Kitahara indicó que la demanda está creciendo especialmente para la producción de etanol, hasta el punto de que más de la mitad de las exportaciones de maíz de Estados Unidos, principal productor de este cereal, son destinadas a la industria del etanol.

Según las previsiones del IGC para la próxima década, el consumo del maíz destinado a alimentación aumentará, no sólo en los países desarrollados, sino también en las economías en vías de desarrollo donde hay una emergente clase media que está incorporando cereales y carne a su dieta diaria.

Por ejemplo, el IGC pronostica que China incrementará sus importaciones de maíz hasta los 3 millones de toneladas para 2015.

Por su parte, la producción de arroz -que representa una porcentaje mucho menor que la del trigo- está concentrada en los países desarrollados, que exportan el 90 por ciento, mientras que áfrica sigue siendo el principal importador de este producto al concentrar un tercio de la demanda global.

En cuanto a la soja, el volumen de comercio ha crecido un 50 por ciento en la última década, impulsada por el incremento de la demanda doméstica de China, que importa ya casi la mitad de la producción mundial de esta semilla procedente en su mayoría de Brasil, Argentina y Uruguay, mercados que tienen todavía un fuerte potencial de crecimiento.

Para Reading, el futuro del mercado del grano presenta grandes oportunidades por el aumento de la población mundial, que acarreará una mayor demanda de cereales para alimentación, cultivos y energía.

"Para que la industria del grano siga creciendo será necesario que los beneficios sirvan para cubrir los costes y los riesgos asociados a la producción y procesamiento del cereal, y que esos beneficios se transformen en nuevas inversiones", precisó Reading.