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  Por el libro
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2 de junio de 2010

La Opinion

En las próximas tres semanas va a esclarecerse cuál será la suerte de una moción presentada al Congreso que busca limitar los porcentajes que las compañías de tarjetas de crédito y débito cobran a las tiendas y gasolineras por el uso de éstas.

Estos cobros, conocidos como "cuotas de intercambio" representan una porción de cada transacción, alrededor del 2%, efectuada a través de Visa o MasterCard.

Varias cadenas de tiendas como 7-Eleven consideran que estos recargos, aplicados por esas compañías y los bancos emisores de tarjetas, son injustos y erosionan las ganancias del dueño de la franquicia.

Según 7-Eleven, los mencionados recargos le exprimieron a los tenderos y sus clientes 48 mil millones de dólares tan sólo en 2008.

Darren Rebelez, vicepresidente ejecutivo de 7-Eleven, expresó en un comunicado de la corporación, que debido al creciente uso de tarjetas de crédito para efectuar compras de pequeño monto, los encargados de tiendas pierden dinero.

"En la mayoría de relaciones comerciales ambas pares tienen la abilidad de negociar. En este caso no", dijo el ejecutivo.

En promedio, según datos de la Asociación Nacional de Tiendas (NACS) correspondientes a 2007, las cuotas que los primeros pagan a las compañías de tarjetas representan el doble de sus ganancias.

La Asociación Nacional de Banqueros Independientes (ICBA) alega que si la moción del senador Richard Durbin, demócrata de Illinois, fuera aprobada ello se traduciría en mayores costos para los consumidores por medio de recargos anuales y subidas a la tasa de interés de sus tarjetas. Además, alega, muchos bancos comunitarios se verán obligados a abandonar ese mercado, empobreciendo las opciones del público.

La Asociación Nacional de Cajas de Crédito y la Federación Nacional de Cajas de Crédito Federales (NAFCU) también adversan la intención de limitar las referidas cuotas.

Ayer la NAFCU urgió en un mensaje a las cajas de crédito a cabildear fuerte esta semana para mostrar su repudio a la moción.

La moción fue aprobada hace dos semanas por el Senado como parte del proyecto de reforma de sistema financiero, y pronto pasará a la etapa de conciliación.

Sin embargo, dijo Jeff Lenard, el portavoz de NACS, su organización todavía no está lista para cantar victoria.

"El sector financiero es muy poderoso en este país y están peleando este asunto fieramente", comentó.

El tema es tan fuerte para los dueños de tiendas que tanto las franquicias de 7- Eleven como los miembros de NACS recolectaron más de dos millones de firmas, respectivamente, apoyando la propuesta de Durbin.

Lenard informó que esta semana otra cadena más, cuyo nombre no reveló, dará a conocer que ha recolectado 1.68 millones de firmas.