21 de mayo de 2010
Primera Hora
La situación laboral de Puerto Rico sigue de mal en peor, según reflejan los números oficiales para el pasado mes de abril, que cargan malas noticias en casi todos los renglones evaluados. La revisión de las dos encuestas que prepara el Departamento del Trabajo revela la pérdida de 50,000 empleos en el estudio que se hace en los hogares y de 35,000 en la que se realiza sobre las nóminas de las empresas y que recoge solamente a trabajadores asalariados no agrícolas. Todas las variables de la encuesta de hogares traen movimientos negativos para el mes de abril: se redujo el grupo trabajador, hubo merma en la tasa de participación y bajó el número de empleados y la tasa de empleo en el país. Subieron, por otra parte, la tasa de desempleo, el total de personas desempleadas y el número de personas que están fuera del grupo trabajador. La tasa de desempleo sin ajustar estacionalmente se estimó para abril en 16.9 por ciento. El ajuste estacional que realiza la Oficina de Estadísticas Laborales del Departamento del Trabajo federal coloca dicha tasa en un 17.2 por ciento. Las correspondientes al mes de abril de 2009 fueron de 14.7 por ciento y 15.4 por ciento, respectivamente, por lo que el alza en ambas es dramática. El examen de la encuesta de nómina revela una reducción en prácticamente todos los sectores de la economía del país, según los clasifica el Departamento del Trabajo. Las más drásticas fueron en el Gobierno central, la construcción, el comercio al por mayor y al detalle y la manufactura. También reportaron bajas en empleo, los sectores de información, finanzas y los "otros servicios". Las únicas alzas en empleo que reporta este informe fueron en los servicios profesionales y comerciales, servicios educativos y de salud y en el área de recreación y alojamiento. "Hay muchas fuerzas negativas empujando hacia abajo", sostuvo el economista José Alameda al evaluar la situación de trabajo en Puerto Rico. Mencionó entre esas "fuerzas" la pérdida de la exención 936 y más recientemente la reducción del empleo público por causa de la debatida Ley 7. "Por cada empleo que se pierde en el Gobierno, se pierde uno en el sector privado, hay un efecto multiplicador, un efecto grande hacia abajo", dijo. Ahí tienes el efecto de la política económica de la actual administración y la pérdida de competitividad de la manufactura por la eliminación de la Sección 936", explicó. "Lo que ves ahí es el caer del ingreso permanente. La economía de Puerto Rico se está encogiendo y cuando se encoge el ingreso se encoge la demanda", afirmó. "El sistema económico que promueve empleabilidad en Puerto Rico colapsó", dijo el ex secretario del Trabajo, Víctor Rivera. "Si el Gobierno, que ha sido de ordinario el empleador más grande porcentualmente hablando está decretando cesantías, si la empresa privada está despidiendo gente de su plantilla, la ecuación nos lleva a enfrentar una merma consistente en el empleo en los últimos 18 meses", señaló. "Lo importante de esto es que ya no son mermas que se daban coyunturales o en renglones específicos de la economía, sino que básicamente todos los renglones han sufrido un descenso so en su cifra de empleabilidad", añadió. "Obviamente, éste no es el mejor momento económico y esa falta de pertinencia en la economía se va a reflejar en la falta de empleos. En Puerto Rico no hay empleos que ofrecer. La demanda triplica la oferta, la demanda sube y la oferta desciende. El modelo económico ya no produce como para equiparar el renglón de la oferta con el renglón de la demanda", sostuvo. Por su parte, el presidente del Centro Unido de Detallistas, Pedro Malavé, sostuvo que "este resultado lo que hace es reivindicar los planteamientos nuestros y de los economistas de este país que claramente dijeron que no iba a haber tal creación de empleos con las enmiendas a la Ley de Cierre, debido a que no están los factores fundamentales y necesarios, como el aumento en ingresos, y el aumento en la accesibilidad de crédito". Agregó que las enmiendas a la ley afectaron el salario de 104,000 trabajadores que laboran los domingos. "Ya habían unos ingresos que tenían unos trabajadores, que son consumidores, que ahora ganan menos", dijo. "No hubo la extensión de horas, ni la creación de empleos. Lo que hubo fue una reducción de empleo y una reducción de los costos de operación de las megatiendas a las que les aplicaba la Ley de Cierre", afirmó.