21 de mayo de 2010
RTVE.es
21 meses después de la caída de Lehman Brothers, tras casi dos años de la peor crisis desde la Gran Depresión y billones de dólares para rescatar al sistema, el Senado de EE.UU. ha aprobado la reforma financiera. Es un cambio histórico de las reglas de juego, el mayor desde los años 30. Restringe las practicas financieras más arriesgadas, limita el tamaño de los gigantes del sector, refuerza la protección al consumidor y amplía la supervisión del Estado. El resultado final de la votación ha sido de 59 votos a favor -entre ellos, tres republicanos- y 39 en contra. Dos senadores demócratas se han abstenido porque querían normas más duras. No han hecho falta los 60 votos de rigor, ya que a primera hora de la tarde, la Cámara Alta decidía cerrar el debate de enmiendas y abrir un plazo de 30 horas para la votación final. No ha sido necesario apurarlo. Obama dice que han fracasado las presiones de Wall Street El presidente de EE.UU., Barack Obama, comparecía pocas horas antes de la votación final para dar la bienvenida al avance en el Senado. Es una de sus prioridades y su aprobación anticipa su segunda gran victoria política tras la reforma sanitaria. Obama aprovechaba para arremeter contra los que han puesto palos en las ruedas: "hoy, los esfuerzos de Wall Street para impedir la reforma han fracasado". Sin ánimo de revancha, aseguraba que "esta reforma no se hace para castigar a los bancos en beneficio de los consumidores; todos ganamos" con ella. Desde el centro financiero del país, el mercado ha recibido con una fuerte bajada lo que ya se intuía como inevitable. El índice Dow Jones se ha desplomado 376 puntos, un 3,6%. Reglas más duras La reforma que ha salido adelante en la Cámara Alta es sensiblemente más dura de lo inicialmente esperado, a pesar de las presiones de Wall Street. En particular, obliga a los grandes bancos como Goldman Sachs a deshacerse del negocio de derivados financieros. El Senado ha sido especialmente contundente con estos productos, los que detonaron la crisis. Ahora tendrán que negociarse a la luz pública, como cualquier otro activo, en cámaras de compensación y con garantías que cubran posibles pérdidas. Se crea también una nueva agencia de protección al consumidor y se facilita el desmantelamiento de las compañías cuya quiebra puede arrastrar a todo el sistema financiero. Falta la armonización Después de que el Senado haya dado luz verde a la reforma, ahora sólo falta armonizarla con la versión aprobada por la Cámara de Representantes. Son muy similares en lo fundamental, aunque hay diferencias importantes como el fondo para rescates que se nutre de aportaciones de los bancos. Una vez conjugados los dos textos, la ley estaría lista para la firma de Obama, algo que puede suceder en pocas semanas. Sería una baza capital de cara a la próxima cumbre del G20 en Toronto, que tendrá lugar los días 26 y 27 de junio. El motor para ello ya está en marcha. El endurecimiento de las reglas financieras a un lado y otro del Atlántico está en la agenda política. Este creciente consenso ha pesado mucho en los últimos movimientos en los mercados, que miran con recelo la intervención de los gobiernos. El pasado martes, la decisión de la canciller alemana, Angela Merkel, de prohibir algunos derivados y las ventas a corto desnudas, desataba una ola de caídas bursátiles y nuevos ataques contra el euro.