19 de mayo de 2010
El Nuevo Dia
"Si ves el ahorro como una obligación, te va a pesar. Tiene que ser algo natural dentro de tu rutina. Recuerda que rico no es el que más tiene, sino el que gasta menos de lo que tiene", reflexiona la contadora Carmen Hernández. Aquí te presentamos maneras prácticas de cortar grasa de tu presupuesto para lograr las metas que te interesan, ya sean para unas vacaciones de ensueño o el carro nuevo que necesitas. 1. Revisa tu estado de cuenta bancario. Hacerlo te ayuda a estar al tanto de cómo gastas tu dinero. ¿De verdad tienes que comer fuera cuatro veces a la semana? ¿Necesitabas esos zapatos fabulosos? También te permite ver los cargos bancarios que poco a poco afectan tu balance, con lo cual puedes considerar cambiar tu dinero a cuentas más económicas. 2. Deja que tus valores te guíen. Recuérdate a ti mismo qué es lo que quieres lograr en la vida y qué te hace feliz. Muchas veces, nuestras decisiones monetarias chocan con estos objetivos. Sabes que se sale del presupuesto, pero quieres esas piezas de ropa de diseñador. Quieres vivir libre de deudas, pero de verdad necesitas un carro nuevo. Con tus valores en mente, serás capaz de resistir la tentación y diferenciar los deseos de las necesidades. Establecer metas a corto plazo te ayudará a mantenerte enfocado. 3. Haz los cálculos. Ahora es el momento de tomar control del flujo de efectivo. Suma lo que debes, lo que tienes y lo que gastas, y contrástalo con tu salario. Al principio los cálculos te darán trabajo, pero si mantienes un récord mental corriendo sabrás dónde estás ubicado en términos financieros. Equipado con estos conocimientos puedes tomar decisiones informadas sobre lo que puedes o no puedes costear. 4. Descarta el plástico. Es un hecho que gastamos más cuando compramos a crédito. Es difícil recordar las cantidades de las compras y la frecuencia con la que pasaste la tarjeta. Una estrategia recomendable sería pagar todos los gastos fijos y, luego, retirar una cantidad fija de efectivo para gastar como gustes. Así, puedes divertirte a la vez que eres disciplinado en tus gastos. 5. Sopesa tus opciones. Asígnale un valor a cada compra que hagas. Con esto puedes determinar cuáles lujos te traen más satisfacción y disfrute por tu dinero. Esta es una forma excelente de ahorrar sin sentir que te estás privando de todo lo que te gusta. Recuerda que el valor que se le otorga a cada cosa varía según tus gustos y objetivos. 6. Atiende un área a la vez. Tratar de poner en orden todos los renglones de tus finanzas a la vez puede ser abrumador. Es mejor enfocarte en un aspecto cada mes. Empieza por lo que gastas comiendo afuera, luego con lo que gastas en ropa y cosméticos o en entretenimiento. Luego el dinero que destinar a hacer regalos, y así por el estilo. Así, con el transcurso de los meses habrás hechos cambios significativos en tus patrones de gastos sin esforzarte demasiado. 7. Empieza a ahorrar. Nuestra capacidad para ahorrar tiene que ver más con nuestra actitud mental y comportamiento financiero que con nuestro salario. Una transferencia automática o depósito directo mensual puede hacer que ahorres sin sentirlo porque ni siquiera tienes que pensar en eso. Asegúrate de que los ahorros vayan a una cuenta separada en donde puedas verlos crecer. Es muy motivador ver recompensas tangibles de tu disciplina financiera. 8. Infórmate. Estar bien orientado no sólo te dará confianza, sino que te servirá de base para tomar mejores decisiones con relación al dinero. Ahora es el momento de ahorrar y consolidar. Gastar de forma conservadora te colocará en una mejor posición para cuando mejore la economía. 9. Sé ingenioso. Hay dos formas de hacer una misma cosa. La manera más cara y la manera más barata. Si eliges la menos costosa, disfrutas igual y obtienes la satisfacción adicional de saber que tomaste la decisión más sabia financieramente. Una cena romántica en casa o un picnic en la playa, puede ser tan emocionante como salir a un restaurante costoso. Haz turismo interno en vez de viajar fuera del País. La diversión y la experiencia son las mismas, pero el precio para tu bolsillo, el ambiente y la salud no lo son.